CAPÍTULO 10

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    El instituto era enorme, a pesar de su antigüedad, no presentaba problemas edilicios, o al menos eso parecía a simple vista. Ana recorría el largo pasillo junto con aquella mujer que le abrió la puerta, mientras observaba con detenimiento, detalles que pudieran serle útiles para comenzar su tan anhelada novela. Leyó, al pasar, una placa junto a un cuadro en el que se observaba una mujer de negro, posando a la par de aproximadamente diez jovencitas vestidas con el que debería ser el uniforme del colegio: una camisa blanca, un lazo negro, una falda escocesa, medias azules... No necesitó ver más para percatarse de que la chica que cruzó corriendo la ruta tenía el mismo uniforme.

—Disculpe —inició—. Una de las chicas que estudian acá salió hace un ratito, ¿no?
—No, señorita— Fue la respuesta de la guía.
—Pero si casi atropello a una de ellas cuando...
—¿Salir? —La mujer vestida con un guardapolvo gris detuvo la marcha—. Las muchachas no pueden salir de acá, este es un internado.
—Ah —respondió monosilábicamente—, pero esta chica salió y cruzó...

Antes de que pudiera continuar con su relato, la que iba a su lado la interrumpió
—Imposible, acá las chicas no pueden salir a su antojo.
—Pero tenía el mismo uniforme que...
—Ya te dije que es imposible —volvió a interrumpir—, además tienen prohibido cruzar el bosque. Esperá acá que ya te atenderá la directora.
"El bosque" pensó Ana, "yo jamás hablé del bosque".

LA DESAPARICIÓN DE VERÓNICA WARRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora