CAPÍTULO 44

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    Natalia se despertó antes de lo habitual, pues no había dormido del todo bien, miles de imágenes la obligaron a abrir los ojos en sendas oportunidades y desvelar su sueño, negándole a Morfeo la posibilidad de volver a conquistarla; por lo tanto, su cabeza comenzó a navegar, aplacando sus naves en un solo tema: Ana.

   Decidió, entonces revisar su escritorio antes de que esta se levantase, comenzó por el cajón, repleto de papeles, de dibujos, de borradores e, incluso, de un pendrive, seguramente, ocuparían su memoria, las columnas que escribía semanalmente para el periódico, aun así, su curiosidad fue más fuerte y tomó la portátil para investigar su interior. Mientras esta prendía, tomó un papelito, entre el lío de papeles, que llamó su atención, pues estaba escrito con una caligrafía desconocida.

Rosa López

dirección: ......

No sabía por qué había reaccionado de esa manera, pero rompió el papelito y lo arrojó a la basura, acto seguido, se sentó frente a la portátil y leyó: "La desaparición de Verónica Warren"

"Esta ha de ser su novela", imposible leer todos los capítulos que llevaba escritos, al fin, Ana estaba realizando su sueño: escribir, para lo cual había hallado inspiración en un caso policial, aparentemente sin resolver. Este era el enigma que la estaba volviendo loca, el suceso que estaba revolucionando su mente y desequilibrando su conciencia. Pues Ana estaba haciéndose pasar por una persona que no existía, estaba escondiendo su identidad bajo la máscara de una tal Eva Medina, ¿pero con qué fin?, ¿por qué razón? ¿Sería para investigar la desaparición de aquella desconocida? Natalia tenía sus dudas, ya no sabía quién era Ana, a la cual la ciudad había cambiado y corrompido.

   Finalmente, la morena tomó una drástica decisión para salvar a su amiga de ella misma, se guardó el pendrive en el bolso, recogió el papelito del cesto de basura, se peinó el sedoso cabello por enésima vez, pintó su boca de rojo y salió de casa.

   Ana despertó más tarde de lo habitual, se dirigió en pijama hasta el living donde dormía Natalia, pero no estaba allí. Extrañada pero tranquila, se preparó unos mates y fue, justamente en la cocina, donde percibió la nota pegada en la heladera.

Salí un rato, más tarde vuelvo.

"Qué extraño" pensó, ¿a dónde iría sola? Le restó importancia, sin embargo, una luz la iluminó, qué mejor oportunidad que aprovechar la mañana e ir a visitar a Rosa López, así que, se vistió, peinó su cabello en una cola de caballo y buscó la dirección, la cual no fue capaz de encontrar. "¡Estaba acá!" Pensaba acelerada, comenzó a revisar su ropero, quizá se hallaba perdido en algún bolsillo de uno de sus jeans, no obstante, todo fue en vano, no recordaba dónde lo había guardado. A pesar de los nervios, no todo estaba perdido, pues aún podía recurrir a quien le dio el papelito, y así, podría volver a indicarle cómo llegar hacia la señora López, por lo tanto, antes de salir de la casa, cambió su vestuario y soltó su cabello.

   Natalia no sabía cómo manejarse en colectivo en la ciudad, todo era demasiado urbano para su gusto, por lo tanto, prefirió viajar en taxi, el chofer le comunicó que, para llegar a destino, debía tomar dos colectivos, y caminar un largo trecho, así que había tomado la decisión correcta al llamar a un coche que la llevase lo más cerca posible. El viaje se tornó eterno, pues les tardó cuarenta y cinco minutos llegar, aun así, debería caminar unas cuadras para llegar a la dirección señalada. Natalia se encontraba más perdida que turco en la neblina, y ante las miradas de los citadinos, decidió preguntar.

   La morena tocó la puerta de una casa pequeña pero acogedora, adornada con plantas de excelsa variedad. Una mujer mayor, delgada y con el cabello entrecano se hizo presente ante el llamado.

—¿Usted es la señora Rosa López?

—¿Quién la busca?

—Ana.
—Me dijeron que una tal Ana estaba preguntando por mí, así que sos vos, qué muchacha más preciosa —respondió la aludida provocando una sonrisa en la boca carmesí de Natalia —. Adelante, pasa.

LA DESAPARICIÓN DE VERÓNICA WARRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora