Capítulo 12. El asalto al cielo

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Entré al portal con Fernanda y volví a la escuela.

—Amigo mío, estoy listo para hacer un ataque al cielo, cuando tu estés listo...—Me comentó Lucifer mientras observaba un mapa.

—¿Cuál es tu plan? —Le pregunté mientras me rascaba la barbilla.

—Lo que podemos hacer, es liberar varios ataques de nuestros demonios para que los ángeles deban bajar a la tierra.

Me comentó mientras observaba el mapa.

—¿Quiénes van a participar, vas a matar a todos? —Le pregunté con preocupación.

—No, tampoco tengo nada contra los demás dioses, además si hubiese querido, ya los hubiera matado a todos, pero no soy alguien malo... —Me confesó con algo de pena.

—Tranquilo, solo preguntaba, ¿entonces, cuanto tiempo tenemos que esperar?

Le pregunté con algo de seriedad.

—Debemos esperar al 12 de diciembre, que será en dos días—me respondió mientras se ponía a pensar—. Debemos aprovechar esa oportunidad, debido a que se va a celebrar el cumpleaños de un Dios, y los ángeles bajan del cielo para proteger que los demonios no salgan de la tierra, así que aprovecharemos nosotros y entraremos por el infierno, tranquilo, te voy a dar un buen tour por el lugar...—Bromeaba Lucifer entre risas.

—Solo no me prepares una suite tan elegante, señor...—Todos nos reímos al unísono.

—Pero bueno, mientras tanto te voy comentando lo que haremos.

Hizo una pausa para beber un viejo bourbon añejado dentro de mi escritorio de director.

—¿Cuánto lleva esto aquí? —Le pregunté con mala cara.

—Lleva aquí 600 años, pero la botella solamente ha cambiado...—Su voz se hacía más grave del placer.

— ¡Necesito un trago de esa bebida ahora! —Exclamé por impulso de idiotez.

Me sirvió un chupito de aquel licor. Al probarlo, me llegó un olor muy fuerte, sin embargo, olía delicioso.

Le di un trago y no sentí nada por un momento.

— ¡Esta cosa no pega nada...! —Mi idiotez seguía hablando.

—Espera...—Me susurró al oído Fernanda.

Caí al suelo y me sentía con muchas ganas de llorar y de vomitar.

—Tranquilo, sácalo todo...—Se burlaba Fernanda y Lucifer al mismo tiempo.

—Váyanse al carajo, ¿Por qué no me avisaron! —Pregunté mientras seguía vomitando.

—Pero por suerte, tengo un pequeñito remedio para ti, querido amigo...—Me susurró al oído la voz de Lucifer que parecía estarse distorsionando.

Lo miré a los ojos mientras hacía una mueca donde se observaba su rostro demoniaco, el cual me quitó la borrachera en un momento.

Salté del susto y por poco me daba un infarto.

—Ya no te asustes...—Seguían burlándose de mí.

—A lo mejor si vieras lo que yo veo, seguirías así, Fernanda. —Le respondí mientras me incorporaba.

Salimos del lugar y usamos un portal para viajar a Veracruz. Caminamos hasta llegar a la arena y nos sentamos en ella.

—Que lugar tan lindo, ¿no crees? —Le pregunté con una sonrisa mientras mirábamos hacia la costa.

Historia de un exorcismoWhere stories live. Discover now