Capítulo 6. Exorcismo en el mar.

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Al volver del trance lo miré con tanto odio en los ojos.

— ¡Tú me quitaste a quien más quería! —Exclamé mientras apretaba mis garras.

— ¡Y lo volvería a hacer! —Me respondió entre risas—, esa zorra me negó su culo para pasar una noche conmigo...

Corté su cuello sin piedad.

—Gaby no era una prostituta—seguía cortando su cuerpo con ira—se que no debería hacerlo, pero lastimaste a mi gente...

Rose apareció conmigo.

—Destruye el artefacto a toda costa, que nadie más sufra lo que tu sufriste... —Me tomó de la mano.

Tomé el artefacto y lo destruí.

—Gracias por liberarme. —Decía un espíritu desde el interior.

Salí de su casa, cerrando la puerta y quemando consigo todos los conocimientos del profesor Lester, uno de sus mayores deseos al morir.

Tomé la motocicleta de mi casa y fui a un bar.

Pedí un fuerte trago. Me sentía miserable y destrozado por todo lo que había pasado.

Bebí hasta estar ebrio.

Las lágrimas nublaban mis ojos como niebla en el amanecer frío.

— ¿e...estás bien? —Me preguntó una persona que se había acercado a mí.

—¿Qué quieres que te diga? —le pregunté a la figura con algo de incomodidad— perdí al amor de mi vida y a mi mejor amigo, ya no sé qué hacer...

Me derrumbé en la mesa.

—Protector, no tengas mas tristeza, ellos siempre están aquí contigo, en tu corazón...—decía aquella voz— ven conmigo.

Lo que sucedió esa noche lo olvidé por completo.

Desperté con el calor de las velas y en una casa muy extraña.

—¿Dónde estoy? —Pregunté al viento.

—James Talvot, estás a salvo, en tu casa, es solo que te provoqué amnesia temporal... —Me respondió una voz dulce— no me gustaría saber que alguien que quise tanto falleciera por amor.

—Gracias, por salvarme...—Me toqué las sienes.

Me di una ducha caliente y luego de un rato, me vestí con un atuendo elegante color negro. Era ya tarde, ¿Cuánto tiempo pasé dormido? No tenía idea, solo sabía que me sentía muy descansado.

Tomé la motocicleta y manejé hasta llegar a Luxor.

Al arribar al templo, me quedé observando el cielo, el cual se veía con sus tonos carmesí mientras esperaba la noche.

Al cabo de unas horas, finalmente pude infiltrarme a ver la coincidencia de la Vía láctea sobre la brecha en el techo.

Era una imagen muy hermosa que llenaba mis ojos de lágrimas de alegría.

A mi lado, apareció el fantasma de Gaby, quien se acurrucaba a mi lado.

—Una linda noche con las estrellas, el sueño de toda chica, gracias por haber venido aquí, eso significa mucho para mí, querido James. —Sus brazos fantasmales se posaban en mi hombro.

—Discúlpame por no haberte protegido... —Le pedí entre lágrimas.

—Nunca te tuve ningún rencor, te entiendo y tu también deberías perdonarte a ti mismo, cargas con un poder muy poderoso en las manos, pero si lo descontrolas podrías provocar algo muy peligroso y no quiero que pases tristezas...—Me sonrió mientras sus manos detenían mis lágrimas.

Historia de un exorcismoWhere stories live. Discover now