Capítulo 16. Sacrificio de amor.

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Observé a la puerta, tenía un mecanismo extraño en la pared.

Usé las garras y giré la muñeca lentamente. Poco a poco se escuchaban engranes moviéndose del otro lado y la puerta se abría, haciendo que vibrara el suelo con fuerza y la pared se abriera.

Frente a mí se encontraba un enorme pasadizo y al final de él, la brillante armadura con destellos de luz amarilla y blanca.

En aquel camino, había esqueletos de los cuales brotaban palabras que no entendía.

—¿Puedes entender las voces? —Le pregunté a Lucifer.

—Esa lengua lleva extinta mucho tiempo, hablan sobre una guerra que hubo hace cientos de miles de años...—Me quedé pensando.

—¿Qué?, estos cráneos llevan demasiados años...—Le mencioné algo asustado.

—Para esto, Dios, escogía a los más fuertes, los exorcismos llegaron antes de lo que crees, antiguos habitantes sabían como hacerlos, sin embargo, la pelea siempre definía el rumbo de la historia...

Murmuró en voz baja.

— ¿Ha ganado el mal? —Pregunté con preocupación.

—Ya nos está tomando ventaja, hay que ser precavidos. —Respondió mientras caminábamos a la sala.

Llegamos frente a los sellos.

Coloqué uno de ellos. Escuché una parte del mecanismo moviéndose lentamente.

—Un mecanismo sin duda, extraño. —Murmuré.

—Me acuerdo haber oído eso alguna vez, con un cofre maldito, aunque ya se destruyó. —Decía Luci mientras ponía la segunda pieza, la corona.

Coloqué la última pieza y observé que se unían en una sola manivela.

—Es hora, amigo, hazlo y terminemos con todo.

Giré tres veces la manivela hacia el lado derecho. Aquellos giros activaron una pequeña caja de música y se abrió la puerta donde estaban muchos tesoros.

Me arrodillé sobre la armadura y recé en voz baja.

—Pensé que nunca te vería, pero ahora debo salvar el mundo de algo que podría matarlos a todos...

Salí vestido con la armadura y usamos un portal para volver a la ciudad de Arcadia. Crucé el portal y ahí estaba Jinelle.

— ¡Amor mio, estás bien? —Me preguntó mientras nos besábamos dulcemente.

—No se ha acabado, ahora tengo que esperar a encontrar a Malia, no he podido encontrar su rastro...—Le informé mientras entrabamos al comedor a cenar algo.

— ¡James Talvot ha vuelto, bienvenido a casa! —Exclamaba la gente.

— ¡Gracias a todos, gente adorada, aunque solo vengo a descansar, cuando amanezca, intentaré salvar al mundo!

Brindamos y fuimos a la cama.

—James, ¿estás seguro de lo que vas a hacer? —Me preguntó Jinelle mientas nos acostábamos.

—Me sacrificaré por amor...—Le respondí con sinceridad.

—No digas eso, no puedo vivir sin ti...—Sus manos bajaron por mi pecho.

—Escucha, no es fácil para mí, tú me escogiste, podemos hacer el amor, claro, sin embargo, mi corazón está con Malia, porque sé que ella me ha de esperar en dondequiera que esté, solo tengo que encontrarla...—Le confesé con claridad mis sentimientos.

— ¿Entonces, nada fue real entre los dos? —Me preguntó—, ¿acaso hice algo malo?

Comenzó a llorar amargamente.

Historia de un exorcismoWhere stories live. Discover now