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- Joel, Joel ..- Escuché a Gabriel llamándome.- Joel para, espérame!- Lo sentí tirando de mi brazo.

- ¡Dejáme! ¿Viste por lo que pasé, todos se ríen de mí?- dije llorando, secándome las lágrimas.

- Joel, tienes que volver.

- ¡No regresaré! No pasaré por otra humillación.

- ¡Hermano! Es tu oportunidad. Piense en lo mucho que esto podría cambiar su vida.

- ¡No quiero cambiar, Gabriel! Mi vida es genial de esta manera. ¡No quiero ser parte de eso, no quiero! ¿Mírame? Mira la ropa que estoy usando. ¿Para que eso?¿Crees que el príncipe elegirá a alguien como yo?- Me miró con compasión.

- ¡Fue el único que pudemos comprar para ti! Al menos es un atuendo nuevo.- Lo miré aún llorando.

- Parece que no te importa la humillación por la que pasé. Lo que les importa es que si gano este competencia, todos cambiarán sus vidas. ¿No es eso?

- ¡No es eso, hermano! Estoy pensando en tu bien.

- ¡No está!Si estuvieras pensando en mi bien, aceptaría mi opinión. No quiero ser omega de ningún príncipe.

- ¡Ven, volvamos!- Me tomó del brazo.

- ¡No! ¡yo no voy! ¡Quiero irme a mi casa!- El me miró.

- ¿Está seguro? Cuando nuestros padres se enteren, se sentirán decepcionados.

- ¡Que se quede! ¡Vámonos a casa, quiero quitarme esta ropa!- Finalmente asiente.

Nosotros fuimos a casa. Nada más llegar entramos a la casa, mis padres y mi hermano se levantaron de la mesa rápidamente.

- Entonces, ¿cómo fue, fuiste elegido?- Mi papá preguntó y yo no tuve el coraje para responder.

- Tenemos que volver mañana. El príncipe hablará con cada omega y luego tomará la decisión para la siguiente etapa de la competencia.- Gabriel habló.

- ¿No estás muy feliz, hijo?- mi madre dijo.

- ¡No estoy!- Me armé de valor y hablé.- Y no volveré mañana. Nunca vuelvo a entrar en ese palacio.- Corrí a mi habitación y cerré la puerta.

- Hijo, abre esa puerta!¿Dime lo que pasó? - mi madre llamó a la puerta.

Todo lo que pude hacer fue llorar, me acosté en la cama y agarré mi vieja almohada. Mi mamá pareció darse por vencida y me dejó con mi dolor. Lloré mucho al recordar cómo la gente se reía de mí, ni siquiera podía mirar mucho al príncipe, solo quería salir de ese lugar. Advertí que esto no funcionaría. Allí me di cuenta de que definitivamente no pertenecía allí.

Me desperté con un golpe en la puerta. Asustado, rápidamente me senté en el pequeño y gastado colchón.

- Joel, levántate, te espero en la cocina.- Era la voz de mi padre.

Me levanté y me di cuenta de que me había acostado con esa ropa ajustada y luego comencé a quitarme. Me puse mi ropa normal y fui al baño. Tan pronto como terminé, fui a la cocina, todos estaban desayunando.

- ¡Buenos días hijo!- mi madre me dio una pequeña sonrisa.

- ¡Buen día!

- Siéntate y come, ve con nosotros al reino. Te dejaré en el palacio. - mi padre hablaba en serio.

- ¡No yo no quiero!

- ¡Ve y ya está resuelto!¡Solo quiero tu bien! ¿No entiendes que no quiero que tu vida termine como la mía, la de tu madre? No quiero tu daño y mientras tenga esperanza de continúar en esta competición lo intentarás. Y no se habla más de este tema.- dijo mi padre y bajé la cabeza.

¡¡¡Un omega para el Príncipe !!!Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang