➺ Capítulo veintiuno: Revelación

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Disclaimer:

Bungō Stray Dogs (文豪ストレイドッグス )
Escrito por Kafka Asagiri e ilustrada por Sango Harukawa.

Géneros:

|Drama | Slash | Hurt/Comfort | Fluff| Comedia |

Parejas:
Dazai Osamu/Chuuya Nahakara.

N/A:
Perdón por la espera, diciembre y enero  me consumieron hasta el alma.  Y  a quienes aún esperan  los capítulos;; a ti quien esté leyendo esto: TKM, gracias 

***

Tal vez los dioses sean grandes y poderosos, pero no son ni bondadosos ni misericordiosos.

Son volubles, inestables como la luz de la luna reflejada en el agua.

Si insistes en llamarlos ten mucho cuidado con lo que deseas y recuerda que debes acceder a pagar un alto precio a cambio.

Por eso querido lector, déjame ofrecerte un pequeño consejo, no importa cuán desesperado estés, nunca reces a los dioses o podrías arrepentirte.

Una mujer corre como si su vida dependiera de ello.

El aire de verano arde a sus espaldas, detrás de ella un hombre amenaza con alcanzarla, se observa a lo lejos el resplandor rojizo del sol en el horizonte y faroles distantes de las calles de una cuidad solitaria.

La sombra del hombre se extiende hacia delante, demasiado larga, con los bordes ya desdibujados. Ella deja caer su sangre a su paso, muy parecida a pequeños pétalos rojos que salpican al suelo como estrellas.

No ha vívido una buena vida, ni conocido a ningún dios, y el tiempo está a punto de acabársele. Su vida se apaga.

Ruega, ruega y ruega a los dioses, a quien sea para que salven su vida, ruega con cada minúscula parte de su ser. Y cuándo creyó que todo estaba perdido, alguien hizo acto de presencia

Los dioses han respondido.

Del cielo emerge un rugido y la mujer hace un trato con este ser sobrenatural, pero tuvo que pagar un enorme precio.

Dazai cierra el libro que estaba leyendo y emite un largo suspiro.

—Las leyendas que escriben son muy curiosas. Los humanos son tan predecibles y tontos.

Chuuya no evita fruncir el ceño al oír el comentario de Dazai, interrumpiendo su lectura.

—Oye te recuerdo que puedo escucharte y soy humano.

—Tú eres la excepción —Dazai ríe mientras apoya los codos sobre la mesa esbozando una sonrisa bobalicona— Por cierto, bonita bufanda.

A inicios de noviembre, hace frío pero no demasiado, no lo suficiente como para justificar un buen abrigo y una bufanda. Sin embargo, la insistencia de Tachihara hizo que Chuuya de accediera a usar ropa más abrigada.

—¿Por qué tienes esa mala impresión de los humanos? A veces siento que los odias.

—No los odio —Dazai responde con seriedad mientras le da una ojeada a otro libro —Si algo he aprendido es que los humanos y los seres místicos somos igual de arrogantes, egoístas y tontos.

Time / SoukokuWhere stories live. Discover now