15. Soy tan fácil

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El pequeño Oliver nos llevó a las afueras de la ciudad, siguiendo las instrucciones del GPS que tenía en el móvil

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El pequeño Oliver nos llevó a las afueras de la ciudad, siguiendo las instrucciones del GPS que tenía en el móvil. Aunque señalé que me parecía inadecuado que un niño tuviera un dispositivo inteligente, parecía ser un tema que no le importaba mucho a el pequeño ni a su hermano mayor ya que ambos me ignoraron olímpicamente.

—¿Ya puedo saber que hago aquí? —cuestioné cuando el silencio en el vehículo se hizo demasiado grueso.

Liam tenía la atención puesta en la carretera que se extendía frente a nosotros y se delimitaba a los lados por los pequeños terrenos sembrados de plantas que se mostraban cercados con palos y alambres, dándole un toque a campo a esta zona dentro de los suburbios de la ciudad. Las casas eran pocas, tan solo un manojo de construcciones de madera techadas en placas de zinc, todas ellas en colores vivos y alegres.

—Oliver quiere regalarle algo a su novia por su cumpleaños, y quiere que tu elijas los accesorios.

El susodicho, que hasta ahora tenía la cara hundida en su teléfono, levantó la vista hacia su hermano y no se veía para nada de acuerdo con el comentario.

—Te dije que no es mi novia. Estamos en el proceso del cortejo —me miró de soslayo—. Aunque claro, parece que es algo que ustedes dos decidieron saltarse.

Fruncí el ceño.

—Oliver, si tan mal te caigo ¿Por qué me hiciste venir?

Por el rabillo del ojo, vi como Liam estaba aguantando la risa.

—Porque eres la única amiga de Liam que no tiene más de treinta años y necesito de tu opinión femenina en esta situación —explicó con una floritura—. Además, odiar y necesitar son conceptos distintos, es como lo que ocurre con Rusia y Alemania, por ejemplo.

Me volví a mi jefe con la boca abierta. No podía creer que él dejara que un niño hablara de estas cosas así como si nada.

—¿Cuántos años tienes y cómo es que sabes todo eso?

—Nueve, y no es la gran cosa. Liam me habla de todo lo que pasa en su día antes de dormir y en algunas ocasiones le pido que me hable de las últimas noticias en el plano internacional.

Yo a esa edad estaba jugando a hacer pasteles de lodo que después me comía y entonces pasaba el resto del día con dolor de estómago. Discutir temas de política antes de ir a dormir era impensable, demasiado para lo que las dos cucarachas de mi cabeza podían soportar.

—Oli, ¿seguro que este es el lugar? —cuestionó su hermano cuando giramos en un tramo de la carretera que se encontraba en mal estado.

—Claro que sí, es en el local que se ve al final de la calle.

El local en cuestión, no era más que una casa amarilla. Construida con tablones de madera y de techo puntiagudo. Era muy bonita, parte de su encanto se debía a las florecillas rosas y anaranjadas que la rodeaban, y con las montañas a la lejanía de fondo se veía como una hermosa imagen que alguien pintaría en un cuadro.

Oliver salió cuando el auto se detuvo, se acercó a la casa y tocó varias veces hasta que un jovencito de unos quince años lo recibió en la entrada. Tras un intercambio breve de palabras que no pude llegar a percibir, el joven encaminó a Oli a la parte trasera de la casa.

—Tú hermano es muy... independiente.

Liam sonrió, sus hoyuelos marcandose a los lados de su boca.

—Ha estado planeando este regalo para esa niña todo el mes. Contactó al dueño del lugar por Instagram ya que tiene unos cuantos cachorros en adopción y la idea es regalarle uno a la niña.

Mi corazón se derritió. Si su hermanito era un detallista, a favor de la adopción de animales y enamorado sin causa, creo que podría perdonarle su actitud odiosa conmigo.

Dame perritos rescatados, una historia de amor y ya me tienes conquistada. Así de fácil soy.

Con razón dejé que Liam se metiera en mi cama.

—Creo que deberías aprender de él. Parece un gran ejemplo.

Él bajó los cristales, haciendo que el olor de la vegetación inundara el espacio entre nosotros.

—Podría ser, que yo lo aconsejé.

Este fue mi turno para reirme por lo bajo de la tremenda absurdez.

—Dudo que llegues a comprender lo que significa preocuparte por alguien más ni aunque lo buscaras en el diccionario.

Él alzó una ceja.

—Sucede que tengo una asistente muy testaruda, a la cual he ido a buscar al juzgado bajo una tormenta, le invité una cena a cambio de su ayuda para una cita y puede que haya guardado cosas que han ocurrido entre nosotros —dijo con la atención puesta sobre mis ojos—. Se me ocurre que me hago una idea de lo que implica preocuparse por alguien más.

Me quedé helada.

No sabía en qué momento la conversación pasó de ser sobre su hermano a lo que sea que fuera esto. En su voz no estaba ese tono juguetón que utilizaba cuando intentaba molestarme. No. Esto era más profundo, como entre el odio y otro sentimiento al cual me fue imposible nombrar.

—Le hablaste sobre nosotros —dije en un suspiro, sosteniendo su mirada—. ¿Por qué?

Él parpadeó.

—Solo le dije que estuve en tu apartamento ese día porque él estaba muy preocupado. Hizo sus propias conclusiones sobre lo demás y ahora está celoso.

—¡¿Perdona?! —me exasperé—. Pero si ni siquiera hablamos a menos que el trabajo nos obligue.

Él negó con la cabeza divertido. Podría jurar, que por un breve latido, sus ojos apuntaron a mis labios.

—Claro, porque el beso del otro día tenía muchísimo que ver con el trabajo.

Lo dijo.

Como si fuera lo más casual del mundo, mencionó el beso. Estaba muriéndome de vergüenza.

—Ah, esa cosa del otro día —dije en un hilo de voz—. Casi lo olvidaba.

Como si los mismísimos ángeles lo enviaran para sacarme de esta odiosa situación, Oliver salió detrás de la casita con una gran sonrisa y una caja de cartón en manos.

—Ya podemos irnos —dijo acercándose a nosotros—. Ahora, toca pasar por una tienda de mascotas para que Areli pueda elegir los juguetes y algunos vestidos.

Oli estaba tan emocionado, que abrió la puerta trasera del vehículo con suma euforia. Verlo tan feliz y saber sus motivos, era una caricia al alma.

Pero luego vi al pobre animal que cargaba en la caja, y mi sonrisa se esfumó.


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Instagram: val.kyria22

Creo que me acosté con mi jefe.Where stories live. Discover now