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El aburrimiento era insoportable y era peor cuando se encontraba completamente solo.

—Joder. —Murmuro irritado.

Horacio había salido hace más de 1 hora, se supone que debía traer comida para ambos, eran las 3 de la tarde y no habían desayunado nada, toda la mañana se la habían pasado organizando los papeles para la visita del ruso, quien llegaría por las 3:30 más o menos, así que Horacio prometió llegar antes para dejarle la comida e ir a recoger al aeropuerto al ruso, sin embargo Horacio no había llegado aún, pero tenía un mensaje del de cresta diciéndole que el vuelo del ruso se había adelantado y que ahora llegaría 2:30, que la comida no podría llevársela a tiempo, refiriéndose a que el rubio comprara algo para comer porque el llegaría tarde, quizá pasearía con el ruso un rato antes de llegar a casa.

Suspiro pesadamente para levantarse del sofá, con la llegada del Volkov más temprano significaba que el pasaba a segundo plano, respondió "ok bebe" al de cresta, seguidamente salió de la aplicación y pidió algo de comer que aproximadamente llegaría en media hora, no iría por comida en este momento, hacía un calor del demonio y aparte a esta hora la mayoría de gente salía a comer, las multitudes lo irritaban demasiado, además ahora no se sentía con ánimos de nada, la misma pregunta llego a su mente mientras volvía a acostarse sobre aquel cómodo sofá de la habitación de hotel.

¿Soy necesario en tu vida, Horacio?

Cubrió sus ojos con la manga de su sudadera negra, sintió su corazón arder al solo pensar las caricias tontas del ruso recorriendo la piel del de cresta, imaginar a Horacio sonriéndole con sus mejillas sonrojadas.

Todo había cambiado pese a que su compañero de vida dijera lo contrario, el de cresta pasaba más tiempo con el ruso, era su pareja después de todo y él se había ido abandonando al menor.

Era jodidamente egoísta lo que pedía, pero aun así, quería volver a sentir los labios de Horacio sobre los suyos, quería que lo amara como antes.

Sacudió su cabeza alejando esas ideas tan mundanas de sus pensamientos.

Su niño era feliz con alguien más, se notaba contento y bastante brillante, Volkov lo hacía feliz.

—Yo solo estorbo en tu vida. —susurro perdiéndose a si mismo. —Me alejo de ti porque tu luz me quema, me quema tanto porque no soy compatible a ti.

Sus ojos comenzaron a arder y sintió la amargura subirle por el pecho, recorriendo todo su cuerpo, ahí estaba ese asqueroso sentimiento de debilidad que tanto odiaba, llorar.

Se levantó buscando en su mochila alguna pastilla, pese a que su dolor era más mental que físico, le gustaba pensar que era físico y se curaría con medicina, cuando simplemente no se había dado cuenta que estaba cayendo en adicción a los fármacos para mantener su cuerpo drogado y sus sentidos tranquilos, la mayoría de veces no se enteraba de lo que sucedía a su alrededor. Usaba este método cada que quería escapar de alguna situación fastidiosa.

Encontró su frasco de "pastillas" para el dolor, las consiguió en su momento de las personas con las que hacia amistad cuando se apartó de todo el mundo, eran drogadictos, criminales y posiblemente hasta asesinos, vamos algo que él era en menor escala y que trataba de no hacer ya, al menos que la ocasión lo ameritara.

La primera vez que probó las pastillas, su sistema tuvo suficiente con una, lo hizo drogarse como nunca y despertar al lado del mar junto los otros, sin camisa y con un tatuaje nuevo en su abdomen "FUCK THE POLICE", bastante irónico dado que pertenecía al FBI y su padre también.

Pero de un tiempo para acá, cada vez que las tomaba su cuerpo no sentía nada, por lo tanto aumentaba su dosis, que ahora ya no era una pastilla, eran cuatro.

Divoratore      [Gustoni]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz