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La mañana siguiente, en los noticieros más importantes de la ciudad, lo más importante que resonaba era la gran pérdida de dinero en todas las cuentas de los ciudadanos, el odio se acumulaba entre las multitudes, el odio hacia el antiguo alcalde por huir con el 50% de todas las ganancias estaba presente.

Se encontraban ambos alfas observando desde lejos a la multitud enfurecida, con carteles de odio, gritos de frustración y sobre todo el placer de que todo había salido como lo planearon. La sonrisa de ambos Gambino se dejó ver, las lecciones y votaciones se moverían de fecha, los votos ya estaban arreglados, estaba todo preparado ya, las elecciones serian mañana al mediodía.

Salinas seria alcalde, de eso estaban seguros.

— ¿Por qué tengo que salir a estas cosas con ustedes? —Bostezo Gustabo. —Y aparte con gorra y lentes, así sospecharían más de mí.

Soltó un bufido cansado, sacándole una risita a Toni, quien lo abrazo por lo hombros y lo atrajo hacia él.

—Que no se te olvide que no sabemos si los imbéciles del FBI aun te buscan. —Comento Carlo sin dejar de ver a la multitud.

Toni miro a Gustabo,el olor a tristeza se hizo presente de nuevo como aquella noche, su corazón se estrujo al verlo, se quedó viendo a un punto fijo, sus preciosos ojos azules empezaron a perderse, por lo que decidió acercarse a su odio y susurrarle lentamente:

—Todo va a estar bien, estoy aquí contigo.

Seguido de eso le deposito un suave beso en la mejilla, que hizo sonrojar al menor.

—Tenemos que irnos ya, la reunión es en unos 20 minutos. —Carlo avanzo hacia el automóvil, dejando ambos rubios solos.

Toni miro a Gustabo, le tomo de la mejilla y con su otra mano le tomo de la cintura para atraerlo hacia él y abrazarlo.

A veces al verlo, y notar las miles de pecas casi imperceptibles de su rostro se preguntaba si era correcto mantenerlo a su lado, era por el bien de sus amigos, su familia, pero ahora Gustabo era parte de su familia y le molestaba que lo único que ocurría cuando recordaba a aquellos del FBI era tristeza, sus ojos perdían el brillo que tanto le gustaba, se volvía un azul oscuro y apagado, se veía hermoso, pero era más hermoso cuando sus ojos brillaban en ese tono celeste que tanto le gustaba.

Abrió la puerta del automóvil para que Gustabo subiera en la parte de atrás, se fue hacia la parte del piloto y entro al auto, Toni conduciría, ya que Carlo tenía dolor muscular horrible por la noche tan pesada que habían tenido

Si era sincero, detestaba la idea de que alguien buscara a Gustabo, antes no quería dejarlo ir para no ponerlos en riesgo, para que el FBI no les buscara; Pero ahora, era diferente, no quería dejarlo ir porque ya no podía mantenerlo lejos de él, ya no quería que se alejara.

Al llegar a la mansión, los tres bajaron y se dirigieron dentro, donde los demás les estaban esperando, Gustabo iba detrás de ambos hermanos, como ahora era parte de la familia se le incluía en algunas reuniones que no fueran tan grotescas.

Y cuando los Gambino llegaron atrajeron la mirada de todos los alfas presentes, su imponente presencia llamaba la atención de cualquiera y los miembros de la mafia no se quedaban atrás; La mirada de Salinas se dirigió a una cabellera rubia que venía detrás del heterocromatico, tomándolo del traje color negro, quizá los celos se apoderaron de su cuerpo pero no podía perder la compostura, aun así, quien se dio cuenta fue el Gambino mayor, quien le miró fijamente al oler el pequeño aroma de los celos.

—Amo Toni, Amo Carlo. —Empezó con una pequeña reverencia. —Ya que han llegado los señores Gambino, podemos iniciar con la reunión de este día.

Divoratore      [Gustoni]Место, где живут истории. Откройте их для себя