Capitulo siete

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Oliva

Me siento un poco triste cuando mis abuelos y yo nos dirigimos al aeropuerto. Ha sido un viaje increíble que espero repetir muy pronto pero no quiero que sea solo por dos semanas sino por más tiempo. Silia tiene todo lo que amo, playas, buena comida, buen vino y un sin fin de actividades que puedo hacer gratamente.

—Cuídate, cara y recuerda llamarnos cuando llegues—dice mi abuela entre lágrimas. La abrazo fuertemente. No quiero soltarla.

—Te prometo que vendré para navidad—desde la muerte de mis padres la navidad ha sido una cosa muy mala. Tony y Shane solo se ocupan de trabajar y Kane se limita a mandar una carta y yo solo me encierro en mi habitación. Seria increíble pasar esas fiestas en una casa acogedora y con el rico y espeso chocolate caliente italiano de mi abuela.

Abrazo a mi abuelo quien solo sonríe.

—Ha sido un placer tenerte con nosotros, cara—dice mi abuelo.

—No sabes cuánto me he divertido—digo haciéndolo reír.

—Mande a que te enviaran tres botellas de vino, así que pendiente con la entrega—dice susurrándome en el oído y asegurándose de que mi abuela no oiga.

Mi abuelo es el mejor.

— ¿Que tanto se secretean ustedes dos?—pregunta mi abuela de repente. Pero mi abuelo sabe muy bien como disuadirla.

—Nada, cariño solo estamos despidiéndonos—dice mi abuelo y solo unos segundos después anuncian mi vuelo.

Me despido rápidamente y salgo corriendo para tomar mi vuelo. Es bueno que Tony haya preparado todo incluso me dio mi boleto para volver a casa y el horario en que salía el vuelo, que mal que llegara un poco tarde y con las despedidas de mi abuelos sé que estoy muy retrasada.

Por suerte no soy la única que llega tarde y mi vuelo espera otros minutos. Cuando por fin me siento en mi asiento de primera clase reviso mi teléfono para ver si he recibido algún mensaje de Tony o Shane.

Y otra vez me sorprendo al ver que no tengo nada en mi buzón de mensajes, esos dos están muy extraños. Estoy muy molesta con ellos por no hablarme ni escribirme nada durante mis vacaciones, cuando prometieron hacerlo.

Trato de relajarme viendo películas o escuchando música. El vuelo es un poco largo por lo que al poco tiempo me aburro, por suerte la atención de las azafatas es muy buena y tratan de ofrecerme algo de beber o de comer cosa que acepto gustosa.

Al poco tiempo me quedo dormida y despierto unos minutos antes de que aterricemos. Para ser sincera creo que tomare un taxi para ir a la casa pues Shane y Tony no se han reportado en varios días y no estoy segura de que venga a recogerme.

Pero no mentiré si tomo un taxi iré a casa furiosa.

Me bajo del avión y voy en busca de mi equipaje. Mis dos maletas rápidamente se convirtieron en tres por todas las cosas que traje de la casa de mis abuelos. Y una de las más importantes es el libro de recetas italianas que ha paso por varias generaciones, es un poco antiguo y está en italiano así que también es una gran manera de seguir conectándome con mis raíces.

Como esperaba no veo a los chicos por ningún lado. Los busco por todo el aeropuerto pero nada, decido darles el beneficio de la duda y esperarlos por un rato. Pero de nuevo nada.

Cuando ya está por cumplirse una hora y estoy a punto de llamar a un taxi veo a Tony que mira por los lados en pánico. Esta sudado y se nota que vino deprisa porque su camisa se ve muy arrugada y con una mancha de algo y sus pantalones han tenido mejores días.

Los Amores de OliviaWhere stories live. Discover now