Capítulo 9

20 2 138
                                    

Se vio como dieciséis participantes salieron corriendo como locos y la que llevaba la delantera era Valeria y muy y apenas su cabello de muchos colores lograba ir adherido a su cráneo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Se vio como dieciséis participantes salieron corriendo como locos y la que llevaba la delantera era Valeria y muy y apenas su cabello de muchos colores lograba ir adherido a su cráneo. No fue hasta que sus compañeros gritaron su nombre que ella miró hacia atrás y se detuvo para que ellos, que ya se estaban ahogando por el cansancio de correr mucho, la alcanzaran.

—Pero, ¿qué piensas? ¿A dónde ibas? —Tomás bastante molesto le reclamó.

—Por el millón y para eso necesitamos la delantera, Tomasito. —Valeria agarró la punta de la nariz del chico que ahora tenía una cara bastante roja y se alejó de ella aún más molesto.

El señor Armando que recién había recuperado su aliento, tomó a ambos de los hombros y les pidió que se calmaran.

—Recuerden que cada uno de nosotros tiene una habilidad, es muy bueno en algo, de mí pueden esperar que me haga cargo de su alimentación, muchachos. —Miró a cada uno de ellos y su mirada se quedó fija en Alexandra—. ¿En qué eres buena Alex?

El señor Armando y Alexandra, ahora de cariño Alex, se habían hecho buenos amigos desde que se conocieron en la simulación. La chica se quedó pensando un rato, entonces recordó las palabras de Larissa y se dio cuenta de que aportaba al equipo.

—Yo soy buena comunicándome con las personas, y si Armando es el cocinero y Valeria la capitana. Tomas es básicamente nuestro guía. —Todos voltearon a ver al chico que se estaba rascando su cabeza—. Así que, ¿a dónde?

Armando sonrió, el equipo empezaba a ser un equipo. Tomas reflexionó un momento en las opciones y en las reglas que debían seguir. Valeria empezó a sugerir que debían viajar en avión y de esta manera tener una ventaja considerable.

—A ver, no. Primero que nada, presta. —Tomás le arrebató el mapa y le dio una ojeada rápida—. Tenemos que ir a Toque. Sí, llegaríamos más rápido en avión... ¡vean! La segunda estatuilla está cruzando el océano, y viajar en barco es muy tardado.

—Autobús, motocicletas, bicicletas o en patín. —Valeria empezó a dar opciones al azar y Tomás solo negaba con la cabeza.

—¿Patín? —Su compañera no podía creer que ella era la capitana.

—La audiencia reirá y pueda que nos mantenga en la competencia, o al menos a mí, soy muy buena usando el patín. —Alardeó y entonces cuando se dio cuenta de que no era momento de seguir con su chiste se quedó callada.

—Yo pienso que será mejor viajar en auto, porque si nos vamos en autobús tendremos que esperar a que haya un viaje y conozco un lugar donde rentan autos, espero que tengan sucursales en Toque, si no será imposible. —Sugirió el guía y todos sus compañeros asintieron.

—Pido ir de copiloto con Tomasito. —Valeria escogió pronto.

—Yo atrás. —El señor Armando escogió al segundo que Valeria lo había hecho.

La cruzada del millón.Where stories live. Discover now