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──¿Estás emocionado por tu primer día?──le preguntó Finn a su primo mientras conducía hacia el instituto.
──No mucho. Seguramente lograré hacer amigos al instante y no debas preocuparte por mí. O al menos podré hacerme amigo de los tuyos, si es que tienes──respondió bajando la ventanilla.
Como siempre, la modestia la traía aparte, pensó Finn. Si su primo creía que sería el rey del lugar como solía serlo en Londres, estaba realmente equivocado.
A ninguno de los dos les hacía gracia tener que ir juntos, pero no podía ser de otra forma. En cuanto el rizado estacionó el auto, Noah bajó del mismo quitándose sus gafas de sol y mascando un chicle, como si aquello lo hiciera verse increíblemente genial.
El castaño caminaba relajado hacia la puerta del instituto captando la mirada de algunas jóvenes que parecían no haber visto carne nueva en meses. Toda aquella situación a Finn lo indignada demasiado, si que se lo tenía muy creído el castaño.
──¿Qué clase tienes?──indagó el rizado alcanzandolo e intentando sonar amable.
──Música──respondió orgulloso, como si tener una clase u otra determinara el orgullo que debías sentir.
Noah no le devolvió la pregunta pero Finn decidió hablar igual.
──Yo tengo Economía, claramente no coincidimos. ¿Tienes biología después?
──Nop.
──¿Cómo es posible? Se supone que la compartimos──habló extraño el rizado.
──Osea si, pero al ser un alumno de intercambio y conocer muy bien el cuerpo humano──le guiñó un ojo con una sonrisa ladeada──No lo necesito, por si no lo has notado──observó a su alrededor como varias chicas lo miraban, por consiguiente les dedicó una sonrisa.
Finn tuvo que morderse la lengua para no soltar ninguna atrocidad.
──Da igual. Si quieres puedes sentarte en el almuerzo con nosotros, quizá quieras conocer a mis amigos. Y si, si existen.
──He conocido a tu novia. ¡Claro que quiero conocer a tus amigos!──le respondió con energía y efusividad.
Finn se despidió de su primo y pensó que tal vez el día no sería tan malo como había pensado. Sin embargo, tres horas sin la presencia de Noah le pasaron demasiado rápido para su gusto. En el camino a la cafetería, el rizado encontró a sus dos amigos caminando juntos. Al menos podría informarles todo lo sucedido antes de que se encontrasen con su primo.
