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El rizado se sentía mucho mejor tras haber hablado con Sadie, aquella pelirroja se había convertido en una buena amiga para él. Realmente todo aquel grupo parecía hacer las cosas bien, y esperaba que Peyton y Millie pudieran socializar todavía más con su grupo.
Según él, el día que comenzaba se planteaba tranquilo, aunque para ser sinceros, se trataba de la vida de Finn Wolfhard, nada en lo absoluto era tranquilo. Todo comenzó cuando Noah saludó alegremente en la hora del desayuno, y conociendo a su primo podría tratarse de demencia crónica, ya que el castaño tenía un humor terrible en las mañanas.
──¿Por qué la sonrisa?──preguntó directamente ahorrandose pretextos.
──Por nada.. tal vez hoy hagamos algo, de lo que no estés del todo de acuerdo.
──Sé que voy a arrepentirme en cuanto vuelva a preguntar──bajó la vista mientras murmuraba──¿Qué se supone que quieres que hagamos?
──Tú y yo nos escaparemos está noche para ver una carrera de motocicletas.
──¿Y eso por qué?──frunció el ceño confundido──Primero; sabes que mi padre se emocionaria y querría venir con nosotros, segundo; ¿Que tiene de especial una carrera de motocicletas? Crei que eso no te gustaba.
──Las motocicletas no me interesan, pero las chicas más sexys del Instituto van a estar allí, lo que significa que Sadie estará ahí──le guiño un ojo acomodando su chaqueta──Oh, y además Maddie estará allí.
Las palpitaciones de Finn se aceleraron en cuanto su primo mencionó a la chica que le gustaba.
──¿Qué Maddie que?──indago intentando no sonar alterado.
──Maddie compite, por eso quiero ir. A desearle suerte, ya sabes.
──¿Te.. gusta Maddie?──el miedo en la voz de Finn era palpable, pero gracias a Dios, Noah no lo había notado.
──No me gusta──negó el castaño soltando una risa, nuevamente el corazón del pecoso volví a latir con normalidad──Pero me cae bien, además creo que también podría querer tu apoyo.
──¿En serio crees eso?
──¡Claro! La he visto simpatizar más contigo que conmigo, y eso que tienes novia. Imagínate si no la tuvieses..
Finn tuvo que en verdad morderse la lengua para no decir que la chica que le gustaba era Maddie, y que, de no ser por él, estaría haciendo lo posible para conquistarla. Aunque ahora que Sadie lo sabía, no veía motivos para no intentarlo.
