Capítulo 15: Primera cita

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Era la primera vez que se sentía realmente nervioso. Sus manos sudaban más que nunca y el dulce olor de la nitroglicerina acumulándose le hizo creer que sería mejor idea secarse un poco el sudor. Bakugo todavía recordaba alguna de sus anteriores citas y todas y cada una de ellas habían salido fatal.

Miró sus manos sudorosas. ¡Sí! Las chicas las odiaban. Les daba una mala sensación como si no tuviera una buena higiene personal y, desde luego, él no podía ni quería decir a nadie que, en realidad, era Ground Zero y que ese era su poder. Todos creían que Ground Zero controlaba las explosiones, pocos sabían que era el sudor de sus manos lo que hacía posible esas explosiones y prefería seguir manteniendo el secreto. Los villanos podrían aprovechar cualquier información para idear planes en su contra.

Se giró un segundo para mirar la puerta a su espalda. A veces creía que Shoto lo tendría más fácil para ligar. Era atractivo, no ocultaba su identidad, ni sus poderes, sin embargo, por alguna razón, a él le iba casi peor en el amor. Quizá nunca encontraban a la persona idónea. Shoto era como un niño pequeño en el amor, apenas había socializado con la gente y eso pasaba factura ahora cuando tenía que mostrar dotes sociales.

¿Qué narices deseaba la gente para estar a su lado? Cuando no era su sudor, eran las dotes sociales y si no, era simplemente... porque eran héroes y no soportaban la idea de que quizá, un día, no volvieran vivos a casa. Fuera como fuera, la gente sólo quería pasar una noche con ellos como mucho, pero nadie se arriesgaba en una relación sólida. Bakugo sonrió. Muchas veces le dijo a Shoto que debía buscar o salir con algún otro héroe, al menos ellos entenderían su situación y su trabajo, pero él, ahora mismo, estaba saliendo con un civil sin quirk. ¿Entendería Deku sus riesgos? Ya le había hablado del sudor de sus manos, sabía que era un héroe, habían pasado la primera barrera que jamás pasó con ninguna de sus citas. Deku sabía más de él que cualquiera de sus anteriores citas y, aun así, estaba más nervioso que de costumbre.

— Sí, estoy seguro – escuchó una conversación no muy lejos de allí. La voz masculina provenía de uno de los pasillos cercanos y parecía estar hablando con alguien por teléfono. No le habría llamado la atención de no ser porque susurraba como si no quisiera que nadie le escuchase.

En realidad no debería haberle chocado aquella acción. En Japón era habitual que la gente hablase bajito puesto que odiaban que sus conversaciones telefónicas molestasen al resto de la población. La gente era muy codiciosa con su propia intimidad. Bakugo pensó en dejarlo correr hasta que la siguiente frase le hizo acercarse al pasillo y permanecer oculto.

— Shoto no sabe nada. Es demasiado inocente como para darse cuenta de lo que ocurre. Sí, estoy completamente seguro de que no se huele nada de lo que sucede. Seguiré tus instrucciones.

Con la espalda apoyada contra la pared y los ojos entornados, Bakugo sintió algo estremecerse en su interior. Shoto era su compañero, su mejor amigo, su rival y si alguien quería hacerle daño, él lo impediría. Odiaba cuando decían esa maldita palabra de él: inocente. Bakugo era consciente de que, en muchos temas, Shoto lo era, pero a la hora de pelear, no era una palabra que lo definiese. Shoto era inteligente, temible, uno de los héroes con mayor potencial que tenía la ciudad y mejoraba cada día más, pero no podía negar que era cierto que siempre veía lo mejor en las personas, que no veía sus dobles intenciones y que, algún día, podría caer en alguna trampa o juego sucio creyendo que hacía lo correcto sólo por no poder ver esos engaños típicos de la gente. Él apenas se había relacionado con gente. No podía culparle por no saber distinguir bromas, sarcasmos, trampas y engaños, por creer que todo el mundo decía siempre la verdad.

Esperó en el pasillo oculto y al ver la sombra en el suelo de la persona, giró el rostro para saber quién era el que tramaba algo contra su compañero. Inasa pasó por el pasillo caminando con tranquilidad sin ser consciente de su presencia. Bakugo abrió los ojos. Sabía que Inasa y Shoto habían tenido sus resquemores en el pasado, que eran rivales, incluso que Inasa sentía cierto odio por él, pero... no esperó que llegase a ese punto de urdir un plan contra él. Debería vigilarle los próximos días.

Destiny (Bakugo-Deku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora