Destiny (Bakugo-Deku)

Capítulo 30: Desconfianza

Respirar con suavidad. Eso era lo que Inasa pensaba una y otra vez. Con su cuerpo sobre el de Shoto y el dolor que le provocaba la viga encima de su espalda, sólo podía pensar en respirar suavemente mientras escuchaba el jaleo arriba. Posiblemente no habían ido todavía en su busca porque la batalla continuaba y él no podía ir a ayudar.

Miraba a Shoto bajo él. Seguía inconsciente, pero era algo que sentía normal. Lo único que podía hacer era ir comprobando el aire que salía de su nariz para saber si seguía respirando, y lo hacía. Con algo menos de preocupación cada vez que comprobaba su pulso y su respiración, Inasa trataba de volver a inspirar y exhalar con suavidad esperando que pronto alguien les encontrase.

Shoto necesitaría atención, más sabiendo que acababa de salir de la UCI por su propio pie para ayudar, pero no estaba ni de lejos recuperado como para estar aquí. El muy cabezón no debió moverse de su cama de hospital.

Cuando el sonido de las explosiones y los escombros cayendo cesaron, Inasa esperó que todo hubiera terminado de forma satisfactoria para los héroes. El dolor de la viga en su espalda se estaba volviendo casi insoportable hasta el punto de que, lentamente, sus ojos se cerraban. Ni siquiera sentía sus piernas. Finalmente, movido por el agotamiento y el dolor, cerró los párpados, apoyó la cabeza contra el pecho de Shoto y se desmayó allí mismo.

***

Bakugo abrió los ojos súbitamente y se enderezó en la cama del hospital. Sus brazos estaban vendados, pero cuando miró a su alrededor, no encontró a nadie por allí cerca. Miles de dudas le asaltaron.

Recordaba claramente algunas cosas de aquel combate. A Izuku usando lo que podía del One for All antes de que éste desapareciera. Le había dado trabajo a ese villano. No podía parar su poder, pero al mismo tiempo, Izuku se hería a sí mismo y cuando más necesitaba su poder para dar el último golpe, el poder simplemente desapareció de su cuerpo.

Miró su abdomen. Dolía con intensidad. Aquellas cosas se habían clavado en él cuando apartó a Izuku del ataque del villano para evitar que le hiriesen cuando su poder dejó de funcionar. No había sido una gran idea como héroe, más que nada, porque Izuku, sin poder, no habría podido derrotarle y él sería la única opción, aun así, su cuerpo se movió para protegerle. No tenía duda alguna de que se había enamorado de ese chico.

— ¿Izuku? – preguntó cuando llevó su mano al abdomen para hacer presión sobre su herida antes de intentar levantarse de la cama.

— Está en la habitación de al lado y tú no deberías moverte demasiado – sugirió su madre que parecía haber venido a verle con un bocadillo – sé que odias la comida de hospital.

— Gracias – agradeció el detalle –. ¿Le has visto?

— ¿Al chico ese? Sí, está bien. Todavía no ha despertado pero los médicos dicen que se recuperará, aunque tiene heridas bastante complicadas en sus brazos. Están tratándole en estos momentos.

— ¿Y Shoto? – preguntó por su compañero.

— Él está recuperándose. Lo tienen en la UCI bajo vigilancia, pero está bien. Lo sacaron de entre los escombros ileso. El que no salió tan ileso fue el compañero con el que estaba Shoto.

— Inasa – susurró Bakugo –. ¿Qué le ha ocurrido?

— Tenía una viga encima de su columna. Por ahora no es capaz de mover las piernas pero los médicos quieren ser optimistas por ahora, creen que con rehabilitación, quizá pueda volver a caminar, aunque no están seguros del todo.

No le caía bien Inasa desde lo sucedido con su compañero pero... protegió a Shoto en el derrumbe y una parte le decía que quizá... sólo quizá, sentía algo por Shoto. La posibilidad de quedarse paralítico por un instante le aterró a Bakugo. Inasa era un buen héroe, siempre lo había sido y no merecía algo así.