Capítulo 2: Médico

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Intentó abrir los ojos. Nunca antes había sentido los párpados tan pesados, ni siquiera cuando se le pegaban las sábanas por las mañanas antes de asistir a la academia cuando era adolescente.

Estaba seguro de que movía sus manos, pero... no podía notar el movimiento. Se sentía tan agotado que sus ágiles dedos se movían casi a cámara lenta. Sus yemas rozaban algo suave y fino. Parecía una sábana.

A medida que los minutos pasaban y se forzaba a abrir los ojos, Bakugo vislumbró el blanco techo. Una bombilla apagada colgaba de él, pero el propietario no se había molestado en buscarle una lámpara para ocultar la simple bombilla. Estaba claro que no era su cuarto. Él no dejaba una bombilla así sin más.

Alertado por ese hecho, se incorporó con toda la rapidez que pudo. La parte superior de su cuerpo fue lo único que pudo elevar un poco, pero el peso de algo sobre sus muslos y el dolor al levantarse con tanta prisa y sin cuidado le hizo detenerse. Sentado sobre el colchón, observó la ventana. ¡Atardecía! El cielo estaba anaranjado y era evidente que se hacía tarde.

Con un chasquido de dolor al tratar de moverse nuevamente, posó su vista en lo que obstaculizaba sus piernas. Era un chico. Sentado en una silla junto a la cama, con sus brazos cruzados sobre sus piernas y su cabeza reposando sobre ellos, dormía profundamente. Su cabello de un color verde le resultó llamativo y diferente a lo que usualmente veía por la ciudad. Su rostro estaba ladeado hacia él. Era un adolescente, no podía tener más de veintipico años y, aun así, su rostro lleno de pequeñas pecas le daba un toque infantil. Ese chico sí parecía realmente cansado, pero Bakugo se asustó.

Su primera reacción fue llevar sus manos al rostro para cerciorarse de que su máscara de superhéroe seguía sobre sus ojos ocultando su identidad. Suspiró aliviado. Todos le conocían como Ground Zero y no quería que nadie descubriera que en realidad, su nombre real era Bakugo Katsuki. Odiaba que la gente le parase por la calle cuando no iba con su traje. Prefería pasar desapercibido en su vida privada y separarla de la profesional.

Molesto y sin entender qué ocurría o cómo había llegado a ese cuarto, Bakugo chasqueó la lengua en señal de frustración. Sus ojos, cargados de ira, observaron al chico, pero cuando quiso moverse para apartarle con brusquedad de sus piernas, el dolor de su torso se intensificó.

Agachó la mirada entonces a su abdomen. Sólo tenía puestos los pantalones y envolviendo su torso, un vendaje. Algo de sangre empezaba a impregnar la blanca venda. ¡Normal que le doliera! No podía ver la herida, pero sabía de sobra que estaba allí al ver la sangre.

—  ¡Mierda! – se quejó antes de llevar su mano hacia el vendaje, sin embargo, aunque estuvo a punto de tocarlo, se echó hacia atrás. No quería mancharse la mano y tampoco resolvería nada tocando el vendaje.

—  ¿Ground Zero? – escuchar su apodo le hizo mirar instintivamente al chico que elevaba su cabeza con rapidez apartándose de sus piernas. El rostro del joven se sonrojó al instante al verle despierto.

Su héroe favorito estaba allí, en su casa, en su cuarto, en su cama descansando la herida. Izuku miró el vendaje que le había realizado y se angustió al ver que la herida sangraba una vez más.

—  Deberías tumbarte y descansar – Izuku se levantó con tanta rapidez y preocupación que apartó la silla donde estaba sentado con sus piernas para poder ir a buscar el botiquín – iré a por una venda limpia y revisaré tu herida.

—  ¿Quién coño eres? – sentenció Bakugo con notable cabreo.

Izuku se detuvo en seco frente a la puerta del aseo y miró hacia atrás a un confundido Ground Zero. Parecía cabreado, pero la verdad era que todas las veces que le había visto en televisión parecía enfadado. No era un héroe demasiado sociable, pero era el mejor en el campo de batalla.

Destiny (Bakugo-Deku)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon