Destiny (Bakugo-Deku)

Capítulo 27: Aliados y enemigos

Odiaba estar sin hacer nada, pero no podía evitarlo. Desde la recepción del hospital le habían llamado para entregarle algo y allí estaba, esperando en el mostrador, moviendo sus dedos con impaciencia golpeando la tabla a la espera de que las enfermeras encontrasen lo que sea que le habían llevado.

No podía negar que le resultaba extremadamente extraño que alguien dejase algo en recepción para él. De haber sido de sus compañeros, ellos mismos habrían ido a entregarle lo que fuera, sabían que estaba en el pasillo de cuidados intensivos esperando por una mejoría de Shoto y si no, lo encontrarían donde estuviera Izuku. ¡Algo le olía muy raro en todo eso!

Resopló ante su impaciencia. Cuando la enfermera por fin llegó, Bakugo observó el paquete bien envuelto como si hubiera documentos en su interior. Tras certificar que él era Ground Zero, lo cual no tardó demasiado tiempo, le hicieron entrega del paquete.

Yendo hacia la sala de espera y pese a que todos los pacientes allí le observaban debido a su uniforme de héroe y que le habían reconocido, Bakugo se sentó y abrió el paquete. Había documentos y un pendrive. Revisó primero los documentos puesto que no tenía nada a mano como para poder ver el pendrive, sin embargo, enseguida fue obvio para él que todo aquello tenía que ver con el caso de Shoto.

Miró el sobre confundido por saber del remitente, pero no había nada escrito. Alguien anónimo y eso provocaba que tampoco le gustase demasiado ni quisiera confiarse, aunque los archivos que había ahí parecían ser bastante fidedignos. Había conversaciones por email entre los compañeros de Inasa y él, también transcripciones de algunas conversaciones telefónicas donde hablaban de "una broma pesada a Shoto". Miró el pendrive de nuevo. Posiblemente ahí dentro había muchas mas cosas en referencia al caso.

— Perdona... ¿Podrías darme un autógrafo? – preguntó un niño pequeño a su lado que ignoraba todo lo que ahora preocupaba a Bakugo.

Por lo general, en esos momentos habría dado un rotundo "no", pero hoy, al mirar a ese niño... lo que vio en realidad era el rostro iluminado de Izuku pidiéndole un autógrafo. Sabía que no era Izuku, pero por algún motivo, su subconsciente le hacía recordar a ese inocente chiquillo que sólo quería una firma para ser totalmente feliz. Pensando en Izuku y todo lo que se esforzaba, sabiendo cuánto deseaba él su autógrafo y que jamás se lo había dado, prefirió no hacer lo mismo con el niño, así que firmó.

El niño salió corriendo a enseñarles el papel a sus padres con una gran alegría, sin embargo, aunque una parte de Bakugo quiso sonreír por el gesto, otra estaba todavía demasiado preocupada por el tema de su compañero. Se dirigió con premura hacia el pasillo donde debían estar los héroes, entre ellos Endeavor, para pedir algo con lo que poder ver el archivo. Para su mala suerte, ellos no llevaban nada encima, ni un portátil ni nada parecido. Su salvación fue el hermano de Shoto cuando llegó a los diez minutos tras haber finalizado sus clases universitarias. Él sí llevaba un portátil.

— Déjame eso – casi exigió Bakugo al verle llegar y sin darle tiempo a reaccionar, le arrebató el portátil para sentarse en una de las sillas del pasillo y encenderlo. Tenía que ver lo que había dentro porque si todos esos datos eran ciertos... Iba a mantener bien alejado a Inasa y los suyos de Shoto.

— ¿Pero qué diablos? – preguntó Natsuo al ser consciente de que el portátil se escapaba de entre sus manos, pero al ver a Bakugo absorto en ese pendrive buscando la información de dentro, supuso que era importante, así que mantuvo el silencio.

¡Allí estaba! Grabaciones procedentes de cámaras de comercios cercanos y cámaras de tráfico. Ni siquiera a ellos les habían permitido acceder a esa información pero alguien la había recopilado para él. No podía ver el atentado de Shoto, pero sí varios momentos donde Inasa se perdía con uno de sus compañeros en callejones. Estaba claro que no podía asegurar que hablasen del tema pero tampoco tenía dudas de que ocultaban algo para tener que ir escondiéndose de esas maneras. La gota que colmó el vaso fue, sin duda alguna, el vídeo de una cámara de tráfico cercana a la casa de Shoto. Tres chicos corrían por la calle con desesperación como si hubieran hecho algo demasiado malo. Huían y huían de la zona donde debía estar la casa de Shoto: los compañeros de Inasa.