Capítulo 7

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Capítulo 7. Brisa de emociones

— ¿Eso es todo? —cuestionó mirando a la persona frente a él— ¿No olvidas nada?

Cedió los documentos después de firmarlos y mirarlo.

— Es todo.

— Perfecto. —concluyó— Ya sabes que no debes molestarme con problemas de la industria los fines de semana.

— Lo sé. —respondió la fémina— No pienso hacerlo aun si es el fin del mundo.

El castaño sonrió estando conforme con la respuesta de la joven mientras guardaba todos los documentos en un folder como todo empresario.

Se puso de pie acompañándola a la salida de su casa y comprobar que no desviara su camino e intentara ir en una dirección equivocada.

Sintió la fuerte brisa la cual era agradable a su perspectiva, pero no para la mujer que batallaba con que su cabello estuviera en un solo lugar.

— ¿Cómo fue que aceptaste vivir en un lugar así? —Preguntó ella en queja— Prácticamente estás aislado de todos.

— Pero la vista es genial.

Ella no iba a negarlo, una vista espectacular podía tentar a cualquier millonario que le encante la naturaleza, y su jefe era de aquello que bien podía darse el lujo de vivir en un relieve para nada plano y con una vista al mar. Lo que arruinaba todo aquello era el ruido de las enormes turbinas de a lo largo de aquella gigantesca propiedad.

¿Quién en su sano juicio decide vivir en un parque eólico?

Estaba bien con que la energía del viento fuera la fuente del mantenimiento eléctrico de toda la propiedad, así como de gran parte de las poblaciones aledañas. Tal vez se debía a que él era el propietario de toda aquella industria, pero no iba a anexar nada a quien le gustaba vivir alejado de todo y de todos.

Esperaba que la persona que con la que su jefe se casara lo hiciera recapacitar sobre ello o ser lo suficientemente loca para decidir vivir en un sitio así.

Sonrió como respuesta al comentario del empresario y subió al auto.

— Ten un buen fin de semana Song.

— Igualmente señor.

Él le vio encender el auto y alejarse del lugar, mientras solo se limitó a despedirse con la mano antes de dirigirse a la parte trasera de la casa y mirar un momento al mar. Tal vez no era mala idea ir a la playa, nadie los fines de semana se acercaba al parque eólico, o eso fue lo que creyó al dar vuelta en cuanto hubo un relámpago de la nada que lo dejó vislumbrado y confundido por la falta de nubes ante el excelente clima de ese día.

— Creo que mucho tiempo encerrado ya me afectó.

Se restregó los ojos hasta que el sonido de alguien chocando contra la valla de protección lo puso en alerta.

"¡El portal!"

Corrió en dirección donde se encontraba el portal, el cual estaba en una colina cercana un poco más alta que en la que estaba construida su casa.

— ¡Tú!

Caminó con pasos firmes quedando más cerca de aquel montículo mirando sin signos de estar con el buen humor que tenía segundos atrás al chico pelinegro de piel extremadamente blanca.

— ¡¿Cómo demonios has llegado hasta ahí?!

Abrió la reja que marcaba el límite hacia quienes se arriesgaban en querer cruzar ante el campo que sus ojos captaban en lugar de unas escaleras de piedras que conducían al portal, que aparentemente el desconocido logró llegar y del cual se encontraba en un estado de shock.

Mirror's Room  [RenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora