Capítulo 12

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Capítulo 12. Virus de los espejos

Sintió alivio de que sus pies pisaran tierra firme. El deslumbramiento fue menor, ya había aprendido a cerrar los ojos mientras cruzaba los portales, por lo que cuando los abrió jadeó impresionado del panorama tan hermoso en que se encontraba.

Si pudiera compararlo, diría que era una réplica casi exacta del túnel de Wisteria.

"¿Cómo es posible que yo sepa eso?"

Prefirió no darle vueltas al asunto y caminó admirando las hermosas guirnaldas de flores que colgaban del túnel también conformado de flores.

— Es hermoso.

Ya ni se molestó en reparar que de nuevo su voz era diferente. Le dio completamente igual, lo que si notó era que su campo visual estaba unos centímetros arriba de lo que normalmente veía.

"¿Soy más alto aquí?"

Tampoco iba a quejarse de eso, en su lugar sonrió ampliamente disfrutando del aire fresco y de la sensación que tenía. Consideró brevemente que esos centímetros eran los que les faltaba a otros de sus reflejos, pero como siempre, los espejos parecían tener la última palabra.

El túnel parecía no tener fin, pero fuera de molestarle parecía encantado con los rayos del sol colándose por los espacios que dejaban las flores. Sus cabellos cobrizos brillaron aún más tras ser iluminados por la luz solar uniéndose a la vista que solamente un privilegiado estaba presenciando.

— Así que tú eres quien está causándole problemas a todos los espejos.

Sí. El reflejo estaba ahí a espaldas de él mirándolo con los brazos cruzados. El menor se detuvo sobresaltándose de escucharlo de golpe que instintivamente se llevó la mano al corazón.

— ¿Por qué todos no pueden ser normales y decir 'hola'?

Giró encontrándolo mirarle sin alguna expresión en el rostro. Bajó los brazos llevándoselos a los bolsillos del pantalón, cosa que le alegró saber que el mundo en que estaban era similar al que vivió. Sin embargo, no dejó pasar por alto las palabras de Yuta al que sumo a la lista de los demás reflejos que le dijeron alguna mentira. No terminaba siquiera de reparar en sí mismo, ni en la vestimenta que llevaba demasiado diferente al guardián.

— Hola. —respondió el reflejo— Soy Lee Jeno, reflejo guardián del espejo Oeste. Ahora dime, ¿Quién eres?

Y de nuevo trató de decir su nombre sin éxito alguno porque el sonido fue totalmente diferente a Huang Renjun.

— Lee...

Alzó la mano notando aquel apellido. El reflejo arqueó la ceja por el gesto, pero esperó a que se aclarara la garganta o eso fue lo que pensó que el chico bonito haría.

— ¿Es coreano otra vez? —se cuestionó a sí mismo y se encogió de hombros— Al menos es mejor a que fuera tailandés. Como sea, —miró de nuevo al reflejo— Lee Donghyuk. Al parecer así me llamo aquí.

El castaño no pudo evitar reírse formando medias lunas y acercarse al 'virus de los espejos' como él ya le había nombrado. Se quitó las manos de los bolsillos y una la llevó a su cabello demostrando estar confundido.

— ¿Cuántos nombres tienes?

"Aparentemente más de uno"

— Bueno... —inició pensativo— Mi nombre original no puedo decirlo. —dijo contando con los dedos— Mi reflejo del espejo este se llama Jungwoo, en el espejo sureste Taeil, creía que todos serían nombres coreanos, porque en el Sur es Doyoung, luego en el Suroeste cambió a Minhyung y ahora soy Donghyuk.

Mirror's Room  [RenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora