Capítulo 3

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|Un poco de convivencia|

- Señora Kim ¿Lisa otra vez desayunará en su habitación? Ruby y yo la quisiéramos ver. Nunca sale. -dijo Jane, mirando a Ruby con una indiscreta señal para alentarla a que hablara.

- Te he dicho que no me llames de esa manera, Jane. ¿Qué te cuesta decirme "Mamá"? y respondiendo a lo que decías, no lo sé. Lisa decidirá cuándo está preparada para convivir un poco más con nosotras. No podemos obligarla a que nos haga compañía si no lo desea. -respondió Jennie desde la cabecera del comedor.

Ruby levantó los hombros tratando de mantenerse neutra en aquella conversación y Jennie hizo una señal a la chica encargada del menú para que sirviera la mesa.

- Yo creo que sí quiere estar con nosotras, pero seguramente es muy difícil para ella. Tal vez no es que no quiera nuestra compañía, sino que tiene pena. -intervino Ruby finalmente.

- Tú defiendes a todo el mundo, Ruby. No podemos contar tu opinión.

- Es suficiente. Sooyoung, por favor toca a la puerta de Lisa y dile que la esperamos en el comedor para desayunar con nosotras.

Jane sonrió triunfante y Ruby estaba internamente alegre de ese pedido. Quería ver a Lisa y preguntarle mucho sobre París.

Minutos después Lisa bajaba las escaleras y se dirigía al comedor. Llevaba un vestido blanco de encaje a la altura de las rodillas, con unas sandalias azules. El cabello suelto y ni una sola gota de maquillaje. Lucía sencilla y completamente radiante. Jennie y las gemelas la veían bajar con enormes sonrisas.

- Me han dicho que me esperan para desayunar. -dijo un poco insegura al llegar a la mesa.

- Sí. Ya es hora de que salgas de esas cuatro paredes. Perderás la cabeza si sigues de ese modo. No sé cómo no te fatiga estar ahí. -Comentó Jennie, viéndola mirar alternativamente entre el piso y las gemelas. Parecía que evitaba su mirada.

- Es que, creo que no quería perturbar su intimidad. Siempre comen juntas y yo...

- Nada de eso. Estábamos ansiosas por hablar más contigo. -dijo Jennie

- Sí. Muy ansiosas. Jane y yo deseamos que nos hables de París. Amamos esa ciudad y mamá no nos ha llevado allá lo suficiente. Ven, siéntate a mi lado. - Ruby palmeó el asiento junto a ella, pero antes de que Lisa se moviera del lugar en donde estaba, Jane intervino.

- Ruby es muy aburrida. Siéntate al lado mío. -dijo Jane sonriendo con espontaneidad a una Lisa bastante tímida. 

- Con ninguna de las dos. Lisa se sentará a mi lado. -finalizó Jennie.

Las gemelas se quejaron al unísono y Lisa sonrió. Jennie y ese par no eran como ella imaginaba. Ya empezaba a disfrutar de las tres.

El desayuno transcurrió de forma amena y las Kim hicieron sentir a Lisa como en casa. Realmente se sintió feliz de estar en ese lugar. Las gemelas parecían bastante divertidas y ¿qué podía decir de Jennie? Ni siquiera podía creer que de verdad estaba cerca de ella.

Jennie era hermosa y Lisa no dejaba de mirarla. Creía estar viendo la más perfecta creación. Las gemelas parlotearon incansablemente acerca de cada lugar que se ha visitado en París y preguntaron a Lisa el más mínimo detalle de su tiempo en la bella ciudad del amor.

Jennie habló muy poco, estaba demasiado ocupada en mirar a la joven que tenía a su lado. Pero sabía que era bastante discreta. Lisa pensaba que Jennie estaba siendo indiferente, pero no. Solo era lo bastante buena para esconder su interés al contemplarla.

Lisa era hermosa. Una joven de 25 años, de piel pálida y complexión delgada. El cabello lacio y rubio le llegaba a las caderas, sus ojos eran enormes de un precioso color miel, sus labios gruesos color rosa invitaban a tantas, tantas cosas, y su cuerpo era delicadamente seductor sin llegar a ser tan voluptuoso y exuberante.

Simplemente sucede ~ adaptación JenLisa~ Où les histoires vivent. Découvrez maintenant