Capítulo 15

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|Finalmente brilla el sol|

Las gemelas se levantaron en cuanto Lisa llegó y las dejaron a solas.

- Viniste. - Murmuró, mirándola con incredulidad y una extraña sensación que le desordenaba el corazón.

Indudablemente no era una aparición. Estaba ahí. Lisa estaba con ella, estaba cerca. Estaba de vuelta. Pero era infinitamente bueno como para creerlo sin dudar un momento.

- Regresé. Aunque aún no sé si es lo que quieres tú. -Dijo Lisa acercándose a Jennie.

Tomó una silla del comedor, la colocó junto a Jennie y se sentó a su lado.

- No había algo que deseara tanto. -Respondió con una sonrisa que iluminó de inmediato el día de Lisa.

Tomó las suaves manos de Jennie entre las suyas y sonrió de vuelta.

Jennie le pidió que fueran al jardín. El aire puro de aquel lugar le sentaba bien. Lisa la siguió y se sentaron en una cómoda hamaca bastante juntas. Sus hombros podían rozarse.

-¿Cómo te sientes?

- Como si me hubo atropellado un auto. -Respondió intentado no reír. Sus costillas dolían. No intensamente, pero era un dolor constante. No deseaba que dolieran más.

- Demasiado cómica. -Rodó los ojos - ¿Cómo va todo en Runway?

- Va excelente. Se están haciendo algunas negociaciones para asociarnos con otra casa de modas. Aunque no es una decisión que pueda tomarse a la ligera. Jin está a cargo de la revisión y me informa. Aun no hemos decidido nada. En muchos meses Jin me ha ayudado bastante. Siempre ha sido mi apoyo e n Runway, pero esta vez se ha encargado de todo. Ha sido una gran ayuda.

- ¿Debo sentir celos de Jin? -Preguntó en un impulso de valentía, pero segundos después se arrepintió de tal atrevimiento.

- No siento por ambos la misma clase de sentimientos. -Dijo mirándola fijamente.

Lisa agachó la cabeza y su corazón latía desesperadamente.

Cuando alguien está enamorado siempre se dice que siente mariposas revolotear en el estómago. Pero no era eso lo que le pasaba a Lisa. No era la sensación de esos delicados insectos lo que sintió. Era algo gigante y retumbante lo que estaba en su interior. Era una fuerza inmensa la que se removía dentro de su ser. Parecía apacible, pero estruendoso. Lento, pero veloz... tal vez era amor.

- Dame tu mano derecha. -dijo Jennie después de unos minutos en silencio. Pero no de aquellos incómodos momentos en los que el silencio es molestoso. Sino de esos que disfrutas. En los que no te sientes presionado a decir nada por miedo a que la tensión arruine la ocasión. Fue de esos silencios que te gustan. Que te hacen bien.

Miraban la grama en donde había algunas materas con varios tipos de flores. Era un hermoso lugar, para un hermoso momento.

Lisa extendió su mano derecha y Jennie la tomó y tocó con cuidado la pulsera que Lisa llevaba. Era una pulsera a juego con la cadenita que ella tenía. El mismo dije y seguramente tenía grabada su inicial en la parte de atrás, como su cadena tenía grabada la letra "L".

- El día que encontré esta linda cadenita -dijo, tocando la sencilla joya con sus dedos- encontré también una nota que decía: "para que me lleves a todas partes". Créeme que te llevo conmigo siempre. No hubo un solo momento en que tu recuerdo no estaba conmigo.

Lisa no había notado eso. Jennie tenía la cadena que ella había mandado a hacer para dársela. Ese pequeño gesto era muestra de que le importaba y saber que Jennie quería tenerla presente le causa aquel extraño maremoto en su interior. Tocó su rostro con cariño y pasó su dorso por las mejillas de Jennie. Esta de inmediato cerró los ojos y suspiró. Volvía a estar en casa.

Simplemente sucede ~ adaptación JenLisa~ Where stories live. Discover now