Capítulo 4

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|Peligroso acercamiento|

Todo estaba preparado para el desayuno. Ya Jennie, las gemelas y Lisa estaban a la mesa. La joven encargada del servicio estaba colocando algunas bandejas en el comedor, cuando se escucharon los gritos de las gemelas que posteriormente se levantaron sin mucho aplomo de la mesa.

- ¡Papá, cuánto tardaste! -dijo Ruby.

- En esta ocasión demoraste más que en la salida pasada. -reclamó Jane, abalanzándose sobre un alto hombre blanco.

- Ya estoy aquí, así que cero reclamos. -dijo dando un beso a ambas en la frente. Se acercó al comedor y besó a Jennie. Lisa permanecía inmóvil en su asiento y lo único que quería era salir corriendo de allí.

- No avisaste que vendrías hoy. -pronunció Jennie dirigiendo su mirada al hombre que se acercaba a la otra cabecera del comedor para sentarse.

- Las cosas se adelantaron y no creo tener que avisar cuándo volveré a mi casa. -respondió sin le mínimo reparo.

- Namjoon... -nombró Jennie con ánimo de reproche.

- ¿Y ella? -preguntó el Sr. Kim.

- Es Lisa. La conocí en París, vi mucho potencial en ella y creí conveniente traerla a Runway. Por el momento estará con nosotros. -contestó alternando la mirada entre su marido y la joven que se miraba incomoda.

Las gemelas permanecían en silencio. Preferían mantenerse neutras referente a la relación de sus padres. Desde hacía mucho nada con ellos marchaba bien y era mucho mejor mantenerse al margen.

- Vaya, no sabía que la mansión se había convertido en un hogar de beneficencia. -Añadió Namjoon con una sonrisa burlesca, mirando a Lisa.

Las gemelas miraron con reproche a su padre y Lisa sin saber perfectamente qué hacer salió disparada hacia la habitación. ¿Hogar de beneficencia? Toda su vida estuvo en un maldito lugar así.

Miranda dio un fuerte golpe al comedor.

- Deberías medir las malditas cosas que dices. Jamás critico tus estúpidas decisiones y deberías ver como obligación el respetar las mías.

Jane y Ruby fueron a sus habitaciones. Namjoon quedó solo en el comedor y no le dio la mínima importancia al desastre que armó. Se dispuso a comer como si nada hubiese pasado.

- ¿Puedo pasar? -Preguntó Jennie, tras la puerta de la habitación en la que estaba Lisa.

Como esperaba, no recibió ninguna respuesta y entró luego de dudar algunos segundos entre hacerlo o no.

Lisa estaba sentada en la cama con la frente pegada a las rodillas. No podía ver su rostro, pero era más que obvio que la pobre estaba llorando. Lisa le había contado su historia y sabía lo mal que lo estaba pasando en ese momento. ¡Namjoon era un perfecto idiota!

- Lisa, cariño, Namjoon jamás tiene idea de las sandeces que dice. -Se acercó a la cama y continuar- te traje aquí porque todos merecemos una oportunidad. ¿Sabes? Creo en el destino y si te topaste conmigo no fue coincidencia.

La rubia continuaba sin levantar la cabeza y la diseñadora no sabía qué hacer.

- No quiero causarte problemas y mucho menos con tu marido. No tienes esta obligación y creo que de alguna forma él tiene razón. Este lugar no es un hogar de beneficencia

- Lisa, Lisa mírame. -Jennie tocó su hombro con suavidad y Lisa levantó la cabeza. Efectivamente, estaba llorando. Sus enormes ojos miel inspiraban mucha tristeza y estaban completamente rojos.- Yo no estoy haciendo esto porque lo vea como una obligación. Es porque lo deseo. Porque quiero hacerlo. Nunca en mi vida he ayudado a alguien. Quiero hacerlo ahora. Déjame ayudarte.

Lisa sollozó un poco y sin pensarlo se lanzó a los brazos de Jennie, quien la recibió sorprendida, pero emocionada. Sentía tener un ángel entre los brazos. Acarició el cabello de Lisa con ternura e inevitablemente pasó la yema de sus dedos por las mejillas sonrojadas de la joven. Jennie escuchaba los débiles sollozos de la joven y creía poder estar el resto de sus días viendo aquel rostro. No sabía con exactitud la fuerza de los sentimientos que empezaban a germinar en ella, pero parecían inevitables... inexorables.

Después del penoso episodio, Namjoon siguió con su despampanante actitud de no haber hecho nada y actuaba como si Lisa no se encontrara en el mismo lugar que él. Aunque a decir verdad, era él el que no pasaba en la mansión y el poco tiempo que estaba, parecía más interesado en su teléfono, que en las mujeres presentes.

. . .

Lisa comenzó su trabajo como asistente de Jennie y aunque esta jamás se había decidido por tener una, creía que si todas eran tan eficientes y atentas como lo era Lisa, estaba arrepentida de no haber contratado asistente desde un principio.

Pasaron un par de semanas y Lisa y Jennie estaban juntas todo el tiempo, en el trabajo y en la mansión.

Había cierta tensión, no incómoda, entre ambas y aunque ninguna de las dos lo dijera, podría sentirlo. Unos cuantos roces involuntarios de sus manos, cercanía de sus rostros, miradas discretas de la una hacia la otra. Aunque cada una era consciente y tenía presente que nada era concebible entre ambas.

Lisa jamás creería que podía haber algo entre ella y Jennie. Una diseñadora tan prestigiosa y conocida jamás debería haber tenido algo con una simple asistente. Además, era casada y ni siquiera sabía si podría gustarle las mujeres. Pero no podía evitar pasar mirándola. Era la mujer más bella que conocía. Tan elegante y segura de sí misma. Tenía un cuerpo perfecto, su piel, el cabello, su sonrisa. Oh ¡esa sonrisa acabaría con ella! Tal vez Jennie no lo supiera, pero agitaba sus latidos cada vez que le sonreía. ¿Cuántos años tendría? ¿30 y muchos? ¿40 y pocos? En verdad no le importaba. Daría lo que fuera por poder besarla, pero debía guardar sus ganas en silencio lo que menos deseaba era alejarla.

Jennie por su parte fundamentaba todos sus prejuicios en la edad. Ella pronto cumpliría 40 años. ¿Cómo podría permitir siquiera que una jovencita de 25 años anduviera rondando por su cabeza sin dejarla en paz? Lisa nunca se fijaría en una vieja como ella. Debían llevar las cosas como hasta ahora: un trato amistoso y cordial.

Cualquier sentimiento o deseo debía se solo para ella. Tendría que guardar sus sentimientos solo para sí. No atormentaría a Lisa.

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¡Hola!

Recuerden que solo es una historia ficticia, nunca he dicho que Namjoon sea de la forma que se muestra aquí, espero les este gustando hasta ahora...

Simplemente sucede ~ adaptación JenLisa~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora