ɪᴠ. ᴅɪsᴄᴜʟᴘᴀs ʏ ᴇɴᴛᴇɴᴅɪᴍɪᴇɴᴛᴏ

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Luego de esa pequeña charla habían caminado en un silencio incomodo por varios minutos hasta que Eda nuevamente rompió el silencio, no lograba entender el comportamiento de Serkan, lo que los llevó a una fuerte discusión en la que ambos terminaron enojados, por un lado el pelirrojo alegaba que ella no tenía porque meterse en su vida, que no tenía que darle explicaciones y que no era nadie para que opinará sobre su forma de ser, por su parte Eda se quejaba de su mala actitud con todo el mundo, le pedia que se mostrará tal cual era y que dejara de juzgar a la gente porque no todos eran iguales.

Como ya era costumbre, cada vez que peleaban se evitaban y llevaban dos días sin siquiera haberse cruzado.

Serkan hundió con mas fuerza la cabeza en la almohada esa mañana, otra vez había levantado la barrera y había alejado a Eda porque todo en ella lo confundia, ¿Por qué se sonroja con ella?, ¿Por qué es tan amable cuando el la trata tan mal?, ¿Por qué es tan inocente cuando es claro que su novio no la valora?, ¿Por qué siempre se echa la culpa y pide disculpas cuando no deber hacerlo?, eso era lo que pasaba por su mente, lleno de ira y de remordimiento, llevándolo a patalear en la cama furioso, estaba molesto.

-¿Por qué?. - preguntó a la nada volteándose y mirando el techo. -¿Por qué tengo que ser tan amargado?.

Su respiración era errática, y las lágrimas parecían estar secas, se pregunto mentalmente asimismo, ¿Qué él era lo que sus edificios reflejaban?, tenían que tener algo, para que Eda los considerara algo especial, diferente, mientras que el mismo solo se daba lastima.

Se sentó en la cama observando la pila de libros que había sacado la noche anterior de su librero, se levantó y comenzó a recogerlos para tirarlos de nuevo de donde los habían sacado, salió de la habitación y dejo la pila de libros en el pasillo, sintiéndose horriblemente cansado de repente razón por la cual solo se fue a dormir.

A la mañana siguiente el sonido de unas llaves lo despertó, al mirar el reloj se dio cuenta que eran mas de las doce del día, dejó salir un suspiro resignado, estaba seguro que era Eda, ¿Quién más?, el no tenia ninguna novia al que le haya dado la llave y sus amigos no tenían llaves de su casa, se pateo mentalmente por el pensamiento, intentando levantarse completamente fuera de la cama.

Salió al pasillo tropezándose con la pila de libros que habia dejado allí maldiciendo cuando se encontró de cara al piso, en un golpe doloroso pero no tanto como lo que vino después.

Eda observó a Serkan caerse y tuvo que contenerse las ganas de ir a verlo, desde la puerta de su habitación preguntó con la voz más monótona que pudo.

-¿Estas bien?

- Si... - contestó extrañado por el tono, pero luego bajó la mirada recordando todo lo que había pasado hace unos días.

-Me alegro. - Eda se dio la vuelta para ir a la cocina sin mirar siquiera de vuelta al pelirrojo.

Serkan se mordió el labio levantándose, la soledad se había mitigado un poco desde la llegada de Eda, pero ahora la sentía amenazante a su alrededor de nuevo, era como caminar sobre cascaras de huevos, en las semanas que llevaba viviendo con ella nunca la había sentido tan fría antes.

-Traje comida china. - dijo lo suficientemente alto como para que escuchara. - Voy a dejarla en el refrigerador por si quieres un poco.

-Gracias. - se sentó en el sillón algo inquieto. - ¿Donde pasaste la noche? - preguntó sin pensarlo mucho.

-¿Te importa? - preguntó sacando su teléfono del bolsillo.

-Eda ... - en su voz un tono de advertencia, sintiendo una punzada de dolor ante el tono tan frío. - Solo lo voy a decir una vez, siento lo del otro día, no debí comportarme así... - dijo sin mirarla directamente.

ɪɴǫᴜɪʟɪɴᴀ ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴀ [ᴇᴅsᴇʀ] Where stories live. Discover now