ᴇᴘíʟᴏɢᴏღ

2.9K 234 54
                                    

6 años después

Con sus cuerpos reposando sobre la cama, exhaustos y enredados entre ellos, Serkan se había dejado llevar por la nostalgia, de como todo en su vida ha cambiado pese a que siguen siendo los mismos. Eda sigue siendo la misma chica que llego a su departamento, menos melancólica pero igual de amorosa, torpe y radiante, su hermosa estrella personal, y Serkan, seguía  siendo Serkan, el mismo hombre con inseguridades, pero un arquitecto que ahora cree en los finales felices y que persigue sus sueños.

Serkan se había sentido mucho tiempo solo y ahora después de tanto tiempo no se sentía así, cuando se sentía frustrado, cansado, con ganas de hacer nada, amaba llegar a casa y sentir los fuertes brazos de Eda que lo protegian del mundo y lo hacian  sentir seguro, amado y feliz, ella era su hogar, simpre lo sería.

Nunca creyó que recibir a ese mujer  universitaria en su casa años atrás iba a dar un vuelco total en su vida, un giro de 180 grados. Pareja, trabajo, amigos, todo había cambiado, todo había mejorado.

Pero ahora se encontraba en ese pasillo aguardando a que lo llamaran para poder ver por  primera algo con lo que jamás se había permitido soñar hasta que conoció a Eda, el nacimiento de su hija.

Eda llevaba horas en trabajo de parto y cuando la doctora había dicho que estaba lo suficientemente dilatada para poder comenzar, lo habían sacado de la habitación para vestirlo con la ropa de hospital adecuada y también preparar a su esposa.

Serkan odiaba verla adolorida, podía ver en sus ojos lo mucho que sufría con cada contracción, lo habia insultado y amenazado de todas las maneras posibles y el no podía culparla.

Había amado cada parte del embarazo, desde el momento en el que se habían enterado, hasta hoy y si ante sus ojos Eda era la mujer más hermosa del mundo, embarazada era algo más allá de lo normal, la veía radiante, feliz, incluso con los innumerables antojos que adoraba cumplir y los cambios de humor, amaba ver la pancita crecer cada día y sentir como se movía su pequeña cada vez que él le hablaba y también como se calmaba cuando le cantaba cada noche, estaba totalmente enamorado de su bebé.

Era un manojo de nervios, nervios que se disolvieron al sentir que su mano era tomada por esa mujer de la cual llevaba enamorado desde que lo vio sentada en el auto de Ipek hace ya tanto tiempo.

Con una mirada pudo ver que él no era el único al que el anuncio de que estaba todo listo le había movilizado su mundo, por fin la espera había llegado a su fin y tendrían a su pequeña bebé en sus brazos, junto a ellos, una parte de cada uno.

Así que 20 minutos después ya estaban allí los dos, esperando a que las enfermeras terminaran de revisar a su pequeña antes de finalmente tenerla en sus brazos.

Decir hermosa era quedarse cortos, porque según su criterio y que según ellos no tenía nada que ver con criterio de que ellos eran sus padres, demás está decír, que esa bolita rosa de enormes hoyuelos y pelusitas castaña que descansaba en los brazos de su madre, era y sería ante sus ojos la niña más bonita del universo, cuando la vieron, supieron que serían los guardianes celosos que mantendrían resguardada a su pequeña de todo aquel que quisiera acercarse a ella, era su princesa y ellos serían los guardianes del castillo.

Y como aún no abrian los ojos, empezaron a correr las apuestas entre el marrón profundo o el verde  indefinido de alguno de sus padres.

Cuando salieron sólo se escuchaban exclamaciones de felicitaciones para los padres, algunas dirigidas hacia los padres y otras a la bebé. Eda y Serkan estaban profundamente agradecidos de todos los que allí los acompañaban, eran una familia.

ɪɴǫᴜɪʟɪɴᴀ ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴀ [ᴇᴅsᴇʀ] जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें