xɪɪ. ɪɴᴛᴇʀʀᴜᴘᴄɪᴏɴᴇs

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Con la toalla entre sus manos, Eda empezó a secar a Serkan luego del relajante baño de tina que se habían dado juntos, quitándole las gotas que caían por su cuerpo delicadamente.

-Tu estas poniendo a prueba la fuerza de voluntad de una mujer. - dijo un momento después Eda con las mejillas enrojecidas. - Eres demasiado guapo y no tienes idea la de cosas que te haría.

-Si yo soy guapo, tu eres la octava maravilla del mundo. - respondió el pelirrojo sonrojado.

-Estas exagerando. - dijo riendo. - Pero habló en serio, se me pasan mil ideas por la cabeza y en ninguna llevas ropa.

Serkan soltó un acar carcajada. - Tu solos quieres corromperme, yo soy un hombre inocente.

-Hum... - la castaña lo miró haciéndose la pensativa, como si estuviera meditando lo que iba a decir a continuación. - La verdad es que yo quiero pervertir a este angelito. - le dijo con voz ronca, alcanzándolo para tomarlo de la mano. - ¿Qué dices angelito?. - preguntó pasando su lengua por detrás de la oreja a la que antes había chupando y mordido sensualmente.

Serkan jadeo. - No hay manera de que pueda negarme. - susurró soltando un suspiro debido a las caricias de Eda, luego agregó con voz más fuerte y ronca. - Como me digas otra vez angelito, te dejaré sola.

-Que rudo. - dijo con burla y un puchero adorable en su rostro, haciendo a Serkan sonreír con arruguitas incluidas, Eda realmente removía muchas cosas en él.

-Pero no nos desviemos de lo que realmente importa. - dijo Serkan provocativamente mientras dejaba besos y mordidas por el cuello de Eda, haciéndola jadear con cada roce y caricia.

-Huuum. - sus ojos marrones parecieron volverse más claros, dejando ver la lujuria que rondaba en ellos. - Tengo que estar de acuerdo, es  más, me gustaría que me enseñaras todo lo que sabes hacer ... - dijo mientras sus manos traviesas bajaron por el pecho bien definido de Serkan, acariciando con las yemas de sus dedos la piel de su novio, hasta que por fin encontró lo que buscaba, el miembro mas que excitado de Serkan.

Apenas el pelirrojo sintió la mano de Eda ahí, el puso sus manos de inmediato sobre el trasero de ella, atrayéndola hacia si, para hacer que sus cuerpos estuvieran completamente pegados, rozandose. - Entonces, novia mía, ¿Como quieres seguir esto? - preguntó moviéndose más, de arriba abajo, rozándose sin vergüenza con ella, sintiendo su respiración agitarse y su excitacion aumentar con las caricias cada vez más rápidas de Eda.

Eda gimió y se estremeció casi queriendo terminar los juegos previos.- Hummm, no lo se, se me ocurren tantas ideas.

-¿Te gusta? - preguntó sin dejar de rozarse con ella, bajando suavemente su mano y metiendola bajo la ropa interior, tocando suavmente su ya excitado centro.

-¡Ahhh! - Eda jadeo, casi un gemido lastimero saliendo de sus labios, sintiendo otra corriente de placer por todo su cuerpo. - Si, me encanta... mucho.

-Entonces, como te gusta, voy a hacerte algo que te gustara más - dijo tomandola de la mano para guiarla a la cama, recostándola sobre esta, sus manos acariciándole las mejillas antes de darle un apasionado beso. - Ya veras como te gusta... - prometió con voz baja y oscura, empezando a besarle el cuello, sus manos bajando a retorcer sus pezones, haciendo a Eda gemir de placer de inmediato.

Eda no pudo evitar alzarse, intentando rozarse más con Serkan, estaba buscando mas contacto del que este le daba, que era casi nulo a excepción de sus manos y labios, que recorrían cada centímetro de su piel.

-Tranquila. - le dijo en un misterioso susurro, bajando por un costado, mordiendo la blanca piel, sus labios sintiendo los estremecimientos que sus caricias provocaban en ella y disfrutando ser el quien provocaba esas reacciones.

ɪɴǫᴜɪʟɪɴᴀ ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴀ [ᴇᴅsᴇʀ] Where stories live. Discover now