xᴠ. ᴄᴜʟᴘᴀ

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Cuando llegaron al hospital, la gente a su alrededor se movía muy rápido, era eso, ó él se movía muy lento, como si el mundo se hubiera detenido cuando tuvo esa sangre en sus manos, la sangre de Eda aún la siente en sus manos mientras camina de un lado a otro en el pasillo de urgencias, parece estarlo reviviendo a cada segundo, el ruido, el silencio, la sangre, su novia tirada en el piso inconsciente, todo.

Esta histérico, lo sabe, Engin y Piril   están ahí apoyándolo a su manera, nada de palabras ni promesas, solo compañía, y agradece profundamente que estén ahí con él, al pie del cañón como siempre, maldice como por quinta vez en la ultima hora, porque cómo todo el personal de ese hospital está con un delantal blanco o con esos trajes azules, no sabe a quién preguntar por su novia, no recuerda la cara de los enfermeros que se la llevaron.

-¿Porque tienen que tener el mismo uniforme? - gruño en su mente, dándose cuenta de lo ilógico y hasta estúpido de sus pensamientos, que buscan desviarse con cualquier cosa, antes que bajar la mirada y ver sus manos manchadas de sangre, vuelve a gruñir porque en momentos como estos, desearía haber hecho algo mejor por alejar al ex de su novia y también a la loca de su ex amiga, conseguirle una orden de alejamiento o algo, así la tendría a su lado abrazándolo, con esos brazos que parecen haber sido hechos para que el encajara en ellos.

-Genial. - murmuró. - Acabo de pasar de pensamientos negativos a cursis.

Una enfermera baja, de cabellos pelirrojos se acercó a Serkan, sin siquiera este notarlo, no notaria a nadie a menos que fuera una chica alta, de ojos marrones, sonrisa adorable y que lo llamara amor, gruñón o robot.

-¿Señor Bolat? - preguntó la pequeña mujer, ladeando su cabeza y esperando respuesta.

Su nombre suena extraño en los labios de esa mujer, y puede ver como esta le sonríe educadamente, tomándole del hombro, como si le ayudara a descender sobre la tierra que parece haber abandonado, deteniendo el mundo, que vuelve de la nada a su normalidad.

-¿Si? - susurra, consciente de que sus ojos están húmedos y con miedo de escuchar malas noticias.

-Ya puede pasar a verla - dijo sonriendo con bastante sinceridad y haciéndose un lado le señalo al inicio del pasillo por donde había desaparecido su novia hace como una hora... y ahí estaba... con esas típicas batitas de hospital, inconsciente y con su frente vendada con varias vendas blancas y con suero en una de la venas de su brazo izquierdo.

-¿Ella está...?.

-Esta bien, esta inconsciente debido al  golpe y los calmantes que le pusimos, aparentemente no hay lesiones de gravedad. - lo tranquilizó la chica. - Su cabeza según el escaner no presenta ningún daño, pero para comprobar que no le dejó ninguna secuela el golpe hay que esperar que la joven despierte, solo queda esperar que ella lo haga cuando esté lista.

-Muchas gracias. - murmuró mirando a Eda en la cama, se veía tan pequeña e indefensa. - ¿Me puedo quedar con ella?.

-Por supuesto. - dijo la chica caminando a la puerta. - Cualquier cosa que necesiten, apreté el botón verde.

-Gracias. - respondió sin mirarla mientras se sentaba en la silla que estaba al lado de la cama.

Serkan tomó la pálida mano de su chica y sólo de dedicó a mirarla, tantas cosas pasaban por su mente en ese momento, era la segunda vez que Eda estaba en el hospital en ese tiempo y no podía evitar sentirse culpable, el pensamiento de que todo lo que tocaba salía lastimado no salía de su cabeza, si el no se hubiera metido en la vida de Eda, ella no habría terminado su relación con Khan y su ex amiga no hubiera mandado al grupo de locas a golpearla por rabia  y muchos menos hubiera pasado lo de la escalera, se sentía tan mal con todo, tan culpable. Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se dio cuenta que había más gente en la habitación mirándolo hasta que escucho la falsa tos de su amiga.

ɪɴǫᴜɪʟɪɴᴀ ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴀ [ᴇᴅsᴇʀ] Where stories live. Discover now