Solo... 𝙦𝙪𝙚𝙙𝙖𝙩𝙚

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El sol se empezó a asomar iluminando todo a su paso pero sigo viendo gris. Veo el jardín y me doy cuenta de que volví a dormir en aquella silla incomoda de verano, aquella que antes tenía a su compañera al lado. Me levante y sacudí el polvo de  mis pantalones. Entre a mi casa encontrándome con lo solitaria que estaba. Los muebles destinados a una familia estaban siendo ocupados por una persona y esa era yo. Mi nevera solo tiene lo necesario para mí y solo para mí. ¿No es gracioso?. Ahora que se ha ido tendría que dormir mejor pero simplemente ya no se si pueda hacerlo ...

Me decido por preparar unos sándwiches  después. Subo las escaleras y veo los dos cuartos de mis recuerdos. Primero voy al más grande. Había una cama matrimonial con las sabanas perfectamente ordenadas, el viejo armario lleno de vestidos floreados. Te gustaban esas cosas...

Me dirigí al segundo cuarto, este tenia las paredes pintadas de un rosa claro. No había sido cambiada desde ese día. El psicólogo me recomendó deshacerme de lo que me hace daño pero me resulta muy doloroso borrar su recuerdo y se que a ti también te ha de doler más que a mí. Pero eso no te da el derecho de abandonarme cuando más te necesito. Me siento herida  esta mañana y se que esta mal no consultarte lo que estoy a punto de hacer pero me siento tan desdichada que necesito arrancar de mí corazón lo que más me afecta. 

Me ato una coleta y me tomo el tiempo de verme en el pequeño espejo del cuarto infantil. Hace mucho tiempo que no me veía reflejada en uno. Al verme no me reconocí, este año ha sido muy duro para ambos. Mis ojos rosas se ven apagados, si me vieras ya no te gustaría como antes. Fui en busca de una caja y volví a la habitación. Abrí el closet y saque un pequeño conjunto rosa. Lo lleve a mi nariz y olfatee. Mis lagrimas salieron sin poder controlarlas, aun tenía su tierno olor. Lo doble con mucho cuidado y lo metí en la caja. Así fue hasta que no quedo ningún conjunto de bebe fuera de ella. Lleve la caja a fuera y seguí sacando cosas: como por ejemplo la pequeña cuna, la pañalera, los juguetes y su closet. Luego cuando en el cuarto no quedaba nada me dirigí a la sala.

—El no volverá en un tiempo— Me hable a mi misma y seque mi ultima lagrima. Luego empuje el sillón de pareja. Era muy pesado y grande, necesitaba ayuda— Maldito seas, Brick— Exprese empujando el sillón hacía afuera. Cuando logre hacerlo me sentí orgullosa.

Bubbles que salió de su casa y me vio.  Se acerco lentamente y dirigió su vista a las cosas que estaban afuera.

—Blossom... Tu— No la deje terminar y señale uno de los muebles. 

—Mueve tu trasero y ayúdame Bubbles, debí deshacerme de los muebles que compro Brick hace tiempo. El sabe que no me gusta lo floreado.— Ordene riendo.

—¡Si Blossom!

Al tiempo aparecieron Buttercup, Butch y Boomer. Entre los cinco dejamos las cosas afuera y acomodamos los cuartos. Buttercup me recomendó una pagina para comprar nuevos muebles y ropa.  Saque la tarjeta que Brick me había dado cuando nos casamos.

Solo cuando sea importante gástala en lo que quieras.

Nunca la había usado hasta ahora. Compre muebles color negro, nuevas sabanas y para darle un gusto con un pequeño girasol en ellas. Llene la despensa y  compre cosas importantes. Me hubiese gustado hacerlo contigo, Brick.

En la noche estaba viendo televisión con mi nueva mascota. La encontré ese mismo día robándose un poco de lana que tenía guardada. La llame Hope, que significa esperanza.  Cuando de repente mi celular vibro, ya sabía lo que pasaría. Conteste de inmediato.

—Brick, ¿Cómo has estado? ¿Cómo va la terapia?— Espere y solo se escuchaba una respiración agitada, siempre sucedía el me marcaba y luego no decía nada.— Hoy hice lo que debería haber hecho hace un año, Brick— Comencé a hablar— No te quise pedir permiso, tu estas lidiando con tu dolor pero ¿Qué hay de mi? Fui su madre, estoy pasando por lo mismo.  Pero hay una diferencia ¡yo no mentí! Trataste de suicidarte y me querías dejar sola. Dejaste de tomar tus pastillas y me mentías acerca de eso.  Yo quería ayudarte, quiero hacerlo pero ni siquiera puedes llamarme por teléfono. 

Espere una respuesta pero nada.

—Por cierto use la tarjeta... Te he dejado sin dinero en esa cuenta.

Por primera vez en estos tiempos escuche su risa, su risa real  no una falsa.

—Tarde o temprano tenias que usarla.

—Y vendí tus muebles floreados, estaban café y eran horribles.

—Habías amenazado con hacerlo una vez... He tomado mis pastillas, me he sentido mejor estos últimos cinco meses lejos de ti. Dejaste de visitarme en ese tiempo, ¿recuerdas?. Me sentí muy solo, no debiste hacerme caso, esposa mía.

—¡Oh, vaya! Se nota demasiado, Brick. Debo dejarte iré mañana a visitarte, Hope desea seguir viendo a Tom Holland .

— Espera Blossom...— Al escucharlo me detuve y espere a que continuara— Solo... 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐭𝐞.





𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐏𝐏𝐆 𝐀𝐍𝐃 𝐑𝐑𝐁Where stories live. Discover now