𝘼𝙇𝙒𝘼𝙔𝙎 𝙈𝙔 𝘾𝙃𝙄𝙇𝘿𝙍𝙀𝙉

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La ciudad de Saltadilla, un hermoso lugar para crecer. ¡Espera! Esta intro ha cambiado desde la ultima vez. Este lugar solía ser la ciudad más peligrosa del mundo, que bueno que ha cambiado. .

¡Bellota dame a pulpi!
¡No! ¡Ya tienes tienes 26, Burbuja! 

Ambas chicas volaban por la casa, sus estelas de luz son lo único que podía verse.
Un hombre de cabellos negros entró en escena. Ambas chicas se callaron al escuchar sus pasos, sabían que era el. Años viviendo con su padre las hacía reconocer  el sonido de sus  zapatos negros cada que tocaba el  piso.

-Chicas, no peleen por esas cosas.-Hablo el profesor con la mirada perdida. Probablemente el hombre habrá estado recordando en años pasados esta misma escenas. Pues después de todo sus ahora no tan niñas, eran jovencitas.

Si, jovencitas. Se podía notar el cambio al verles las caras. Caras que perdieron las mejillas rechonchas, propias de la infancia. El puede notarlo, ya que al ver a Bellota nota como su cabello ha crecido hasta el punto de llegar a sus hombros, en su rostro ve pequeñas cicatrices hechas hace años, cicatrices que Bellota insistió no curar.
Podía ver el paso de los años al ver la manicura de su hija menor. Ver sus cabellos rubios más brillantes que antes y sus labios tintados de rosa. También pudo notar que ella había cambiado, al ver cómo sostenía su antiguo peluche. Ya no era un abrazo lleno de posesión, ahora tenia a Pulpi agarrado de una de sus ocho patas.

Unos pasos se escucharon por el pasillo. Una figura alta y delgada. Analizó a su hija mayor. Sus ojos rosas cubiertos en mascara de pestañas. Con sus pequeñas pecas cubiertas en polvo. En cómo su ropa ahora era un jean acampanado y una camisa de tirantes color rosa. Rompió en llanto al ver su cabello, no estaba su distinguido lazo, aquel que solía adornar su cabeza.

-Profesor- Hablo la joven sonriendo, haciendo que sus mejillas se vieran aun más rosadas, justo como un Bombón, su nombre le hacía justicia.
-Me voy a casar- Declaró ella, enseñando su mano. En su dedo anular se encontraba un anillo, un anillo con un diamante, muy brillante.

-¡NOOOOO!
...
El hombre se despertó exaltado, se había quedado dormido en su escritorio. Quito el papel que se le pegó en la cara y volteó su rostro.
Vio un pequeño dinosaurio, este estaba en unas pequeñas manos. Camino hacia la pequeña mano y sonrió. Cargo a su hijita de cabellos negros en su hombro.
Siguió el camino de crayolas, su hija de cabellera rubia, dormía y tenía sticker en su carita y brazos. Las despegó y la acostó también en su hombro.
Se aventuró al fuerte de libros. Justo debajo de la enciclopedia de ciencias naturales, se allá su tercera hija. La cargo junto a sus hermanas y se dirigió a la habitación.

El hombre cuidadosamente les puso sus pijamas y deshizo el moño rojo de su hija. Las acosto y arropo a cada una. Lentamente cerró la puerta , en la tranquilidad del pasillo pudo pensar;
"Aún son mis niñas"

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⏰ Last updated: Sep 14, 2023 ⏰

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𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐏𝐏𝐆 𝐀𝐍𝐃 𝐑𝐑𝐁Where stories live. Discover now