Cap. 42

58.2K 5.8K 1.3K
                                    

42.

—Ya basta... —miré a Liam y me acerqué a él—. Escucha Liam, yo...

Y de pronto todo se volvió negro.

Me desmayé.

______________________________

Cuando abrí los ojos sentí un fuerte mareo y todo estaba oscuro. Miré hacía los lados y noté que estaba dentro de un auto en movimiento.

Había un hombre conduciendo a una velocidad escalofriante.

—¿John?

Noté que su mandíbula se tensó. —No.

Gruñí. —Ay, no... ¿Liam?

Silencio.

Bien tal vez fui un poco cruel.

Iba a disculparme pero sentí un fuerte espasmo en el estómago, como si tuviera al bebé del demonio de Tazmania allí dentro, mi cabeza comenzó a dar vueltas y noté extraño tirón en la boca del estómago.

Iba a vomitar en el auto de Liam Woodgeth... una pena, sería el segundo auto que le estropearía en un mes, debía considerarse todo un récord.

Pero por alguna razón que desconozco (culpo al alcohol) abrí la puerta del auto y salté fuera para vomitar.

—¡Mierda! —gritó Liam frenando en seco un poco tarde, mi cuerpo había caído a la carretera segundos antes.

Me sostuve la cabeza con la mano que aun servía. Milagrosamente mi mano vendada estaba intacta. ¡Há! Ahí está para todos aquellos que creen que tengo mala suer...

*Vómito*

Una mano tocó mi espalda desnuda durante unas milésimas de segundo que me hicieron temblar como celular en vibrador y luego recogió mi cabello mientras volcaba la comida de todo el mes de una sola sentada.

—¿Liam? —llamé una vez que mi estómago dejó de hacer de las suyas.

—¿Si?

—¿Eso es un peperoni? —señalé un pequeño punto rojo en mi vómito.

Liam rió. —Eso parece, pero no tengo ninguna intención de confirmarlo.

Me ayudó a ponerme en pie y tomando parte de la esquina de su camisa con los dedos, quitó algo húmedo de la comisura de mi boca.

—Eso es tan asqueroso.

Resopló. —Dímelo a mi.

Lo miré mal.

—Vamos a llevarte a casa.

—No tengo casa.

—Con Katy ¿recuerdas la dirección? ... ¿Luce... estás....?

Me detuvo a tiempo. Justo iba a darme de bruces contra sus zapatos cuando tiró fuerte de mi brazo sano.

Me estaba quedando dormida de pie.

—¡Estoy bien! —me incorporé de un salto que me costó un mareo increíble.

Comenzó a conducirme con cuidado hacía la parte trasera del auto donde sin pensarlo dos veces me recosté.

Pocos segundos después sentí un pedazo de tela tibio sobre mi. Liam me había dado su saco.

:') Maldito millonario arrogante.

—Ahora solo por favor no saltes del auto.

Mandon.

—Muérdeme —le dije antes de hundir la cara en aquel saco fino que aún conservaba el maravilloso olor de la persona mas exasperante.

Reina del Desastre (LR #1) *DISPONIBLE EN LIBRERÍAS*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora