Golden Heart «Black Clover»

Capitulo 24. Desesperación vs. Esperanza.

Se sorprendió por la respuesta de Finral, aunque no le intento disuadir a acompañarla.

Mientras más se acercaban, Sara comenzaba a sentir un siniestro mana, no lo había experimentado, después de aquel temblor, por fin llegaba a donde la batalla estaba sucediendo, lo único que lograba ver era a Asta, inclusive Kahono se encontraba ahí.

Sus camaradas.

Su familia.

Un inmenso poder, iba para a Noelle.

Mi magia es más fuerte.

Magia de Aura: Protección 100%

—Sara —escuchaba a Noelle sorprendida detrás suyo.

—Buen trabajo Noelle —le dedicaba una sonrisa, colocándose enfrente suyo un poco agitada, fue mucha magia la que tuvo que bloquear, las piernas le temblaban, pero debía de hacerlo, por su familia, por sus amigos, y por el bien de esta gente, que nada malo ha hecho.

—Otro más que viene a probar la desesperación —gruñía el sujeto que tenía enfrente.

—¿Desesperación? —preguntaba dejando que el mana tomara su curso en su cuerpo—. No probare nada de eso, porque voy a derrotarte.

—Sara, ese tipo regenero su brazo entero —señaló Noelle.

—Déjame el resto a mí, Noelle —respondía con una impecable sonrisa—. Voy a patearle su trasero.

—Oye, niña... eres muy patética, ¿Crees que puedes hacer algo? —preguntaba.

Pero a ojos de quienes espectaban a Sara, su magia era comparable al de la bestia que tenían enfrente.

—Claro que sí, porque sabes, no rendirme es una buena arma que se me fue entregada.

El sujeto comenzaba a reír macabramente.

—¡Te golpeare con ello! —daba escalofríos, pero a Sara no le quedaba de otra, si tenía que morir por salvar a sus amigos, lo haría—. ¡Primero debería sacar a la basura!

Aunque su intento fue nulo, volvía a proteger a sus compañeros, expandiendo la onda de protección.

Analizaba la situación, mientras enfocaba el mana a proteger a sus compañeros.

—Protégelos, Noelle —pedía bajando el muro de protección—. Yo lo mantendré ocupado.

Todo su poder se debía mantener en sus puños, debía hacer que en lo único que se fijase, sea en ella, y en nadie más, Asta estaba siendo curado, y seguramente en poco tiempo, podrían utilizar su antimagia.

La fuerza bruta, era lo único que le quedaba, el mana fluía por su cuerpo, sin restricción alguna.

Su destreza con el bo.staff, no estaba a la altura de una buena pelea de puños.

Corrió hasta detenerse enfrente suyo, tenía que tener cualquier sentido abierto, desviando golpes, evitando cualquier golpe directo a sus órganos o que pueda lamentar, pero, aun así, iba sintiendo que cada golpe que desviaba, se sintiese por todo su brazo, haciéndolo entumecer por unos segundos, hasta que logro darle un merecido golpe en su rostro.

Se alejo, con dos largos brincos hacia atrás, intentando agarrar aliento, subiendo su defensa.

Soltaba una maliciosa risa, que inundaba la cueva.

—¡Solo me has hecho un golpe, basura! —exclamó, viendo como su mejilla sacaba sangre—. ¡Aunque esto se cura!

Efectivamente el rasguño que le había hecho, estaba siendo curado, respiraba hondo, observando sus alrededores, parando su guardia.