9. Cambio de planes.

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Alguien sin experiencia cree todo lo que ve en las películas y aquellos libros, idealizando una forma de amar en donde el sentimiento más hermoso es tener alguien con quien compartir de su tiempo, alguien con quien hablar y abrir su mente ante nuevas opiniones sobre quién sabe qué; pero al fin y al cabo, estar con alguien tirando de ese hilo rojo que pocos llegan a ver pero muchos llegan a sentir. Y no se equivocan, no en todo. Porque en algún lugar sí existe esa persona que fue creada para nosotros, que comparta las mismas ideologías, que sea indirectamente basada en esa lista que el universo se tomó el atrevimiento de robarte para hacerlo realidad. Pero, a veces... A veces, si bien ellos son para ti, tú no eres para ellos.

─ ¿Señorita Misa? ─ Escuché esa voz baja y rasposa llamándome a lo lejos. Mi cuerpo se sentía pesado, como si no hubiera descansado lo suficiente en meses. ─ Señorita Misa. ─ Hice el mayor esfuerzo para abrir un poco mis ojos, siendo desde ya mal recibida por ese aro de luz sobre mi cabeza y el familiar olor a hospital. Pero ese era peculiar, había un solo lugar en donde lo reconocería. ─ Ya era hora de despertar, jovencita. ─ Cansada, dirigí la mirada hacia la persona a mi lado, quien se reclinó un poco sobre mí para levantar mi parpado derecho antes de hacer lo mismo con el izquierdo, inspeccionando algo que desconocía en mis ojos. ─ Todo parece bien, ─ Dijo Recovery Girl antes de alejarse y escribir algo en lo que parecía una ficha médica. ─ Fue una simple recaída, suele pasar cuando hacen sobreuso de quirk, todo estará bien. Te daré esto y en cinco minutos estarás como nueva. ─ Sentí un leve pinchazo en mi brazo derecho, pero no tuve ni las ganas de hacer una mueca, la pesadez me ganaba. ─ Aún así deberías intentar descansar un poco y comer algo, estoy al tanto de que no debes hacer esfuerzo físico, así que si te llegas a sentir mal de nuevo, no dudes en recurrir a mí. ─ Y, sin más, abandonó el pequeño cuarto de enfermería del colegio, dándome el espacio para recomponerme. Lo que sea que me haya dado no tardó en hacer efecto sobre mi cuerpo, poco a poco alivianándose, permitiéndome sentir sin problemas la movilidad de mis extremidades para poderme sentar en la camilla. 

Mi mirada se fijó en las afueras de la ventana a una corta distancia frente a mí, balanceando los pies suavemente de atrás hacia adelante. Sigo sin comprender por qué lo hice. Por qué actué de esa manera. Por qué me sentí perseguida y a su vez asustada ante algo que sabía perfectamente no me haría daño. Sin embargo escapé. Corrí y corrí lejos de él sin siquiera pensarlo dos veces.

Tomé la oportunidad equivocada.

Bajé de la camilla para comenzar a ponerme los zapatos, tomar mi mochila y finalmente abandonar la sala. Debía ir a hablar con él y disculparme por lo que ante sus ojos era un irresponsabilidad y ante los míos ni sabría explicarlo.

Al cruzar la puerta, alguien chocó mi hombro, pero antes de que cayera sostuvo mi brazo con algo de fuerza. 

─ Lo siento, yo... ¿Narumi? 

Mi intención era disculparme y seguir mi camino, pero escuchar su voz me hizo levantar la cabeza. 

Por un momento lo había olvidado.

─ Mirio. ─ Sonreí acomodando mi cabello hacia un costado, evitando que éste interrumpiera mi visión.

─ ¿Por qué estás en la enfermería? ¿Te encuentras bien? ─ Enarqué una ceja cuando se puso a inspeccionar con la mirada en busca de alguna herida visible.

─ Dolor de cabeza, pero ya estoy mejor. ─ Di un paso hacia atrás, soltándome de su agarre en mi brazo de manera discreta para que no pensara que me estaba incomodando, simplemente no sabía cómo reaccionar en esos momentos. ─ ¿Qué haces por aquí? Creí que no te vería hasta la semana que viene.

─ Hubo cambio de planes, Tamaki decidió sumarse a la expedición, así que... Quise pasar y... ─ Llevó una mano a su nuca, desviando la mirada por un momento antes de devolverla a mis ojos. ─ Quizás... ¿Te gustaría salir a tomar algo? Claro, si ya te encuentras mejor, no quiero...

𝙷𝚊𝚗𝚊𝚑𝚊𝚔𝚒 // Aizawa S. X LectoraWhere stories live. Discover now