11. Miedo

1.7K 208 23
                                    

{Enfermedad de Hanahaki: Se trata de una condición en la cual el enfermo vomita y tose pétalos de flores por un amor unilateral o mejor dicho mal correspondido. Donde la única cura es remover la "infección" mediante cirugía, sin embargo cualquier sentimiento también es extraído mediante la operación como daño colateral.}

[...Termina cuando el amado devuelve sus sentimientos (solo el amor romántico; una fuerte amistad no es suficiente), o cuando la víctima muere. Se puede curar mediante extracción quirúrgica, pero cuando se elimina la infección, los sentimientos románticos de la víctima también desaparecen.]


¿Qué es al amor?

AMOR

*nombre masculino

1. Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno. "el amor al prójimo"

2. Sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común. "amor platónico"


Mirio lo estaba intentando, lo sabía. Nadie programa citas por mero gusto, sino porque realmente quiere compartir tiempo con alguien, pero tal como era obvio, una de mis grandes habilidades era mentir. No tenía duda alguna de que Mirio realmente estaba creyendo cada una de las palabras que salían de mi boca, aunque yo no lograba sentirlas. Y eso dolía. Dolía hacerle creer a otra persona que compartía lo mismo, que podía llegar a corresponderle... Porque sé perfectamente cómo es ese sentimiento. 

Me gustaba pasar tiempo con él, eso era algo que no podía negar. Mirio tenía su propio brillo, me hacía reír, me hacía cuestionar muchas cosas, pero sobre todo sabía leer mi ánimo. Estar con él era más que suficiente para despejar mi mente por un rato, pero llegaba un momento en donde mis ojos chocaban con los suyos azules y caía en la realidad del por qué estaba con él. Y me odiaba. Me odiaba por no ser capaz de tener sentimientos por alguien como Mirio.

─ ¿Qué harás?

─ Ya solicité una fecha para la operación. ─ Suspiré mirando el cielo, perdiendo la vista en el conjunto de estrellas sobre nosotros. Me moví levemente sobre el césped, sintiendo la fina hierba cosquilleando entre la suave tela del abrigo que llevaba.

─ ¿Así sin más? ¿Siquiera lo intentarás?

─ ¿Qué hay por intentar, Bakugo? ─ Mi voz salió algo rasposa. Últimamente los síntomas habían empeorado, mi garganta no dejaba de arder, cada vez que tosía lograba sentir la sensación áspera y gusto agrio de los pétalos. Giré mi cabeza para ver al chico rubio, extrañamente con su cabello sin gel ni peinado hacia arriba, parecía completamente otra persona, aunque realmente lo era cuando estábamos solos, dejando de lado la apariencia y gracia del brusco compañero de clases. ─ No tiene sentido alguno declararme a alguien quien ya está planeando su vida con otra persona al lado cuando apenas estoy por graduarme. Soy una estudiante, él mi profesor y así se deberían quedar las cosas.

─ Y la solución es que te saquen un pedazo de corazón y termines siendo una desalmada, por supuesto.

Solté una pequeña carcajada, volviendo mi mirada hacia el cielo, negando levemente con la cabeza y girando los ojos. Acercarme a Bakugo fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado. Desde el primer día me pareció una persona completamente arrogante, desagradecida y desinteresada a la hora de hacer el trabajo siguiendo las reglas y el estereotipo de ser un héroe, que en resumen es alguien con compañerismo, respeto y tolerancia. Hasta que un día simplemente me cansé y en cuanto tuve la oportunidad de encontrarlo solo, solté las mil y una cosas que tenía por decirle, bastando solamente con mirar su rostro, encontrando una expresión entre una mezcla de enojo y tristeza que fue suficiente para entenderlo todo. Apariencia de roca pero la sensibilidad de hoja, escondiéndose debajo de la ira pintada sobre un cristal. Hasta el día de hoy Bakugo seguía siendo la misma persona que aquella vez, quejándose de lo más mínimo y prefiriendo trabajar solo que en equipo, con su orgullo más arriba que su altura; pero cuando nadie nos veía, éramos quienes realmente escondíamos. Él era tan cálido, sincero, y por más que aún le costaba expresarse, hacía lo posible para dejarme en claro cualquier tipo de molestia o pensamiento inquietante.

─ Sé que te molesta. ─ Y a mí me asusta. Mordí la parte interna de mi mejilla, tratando de buscar las palabras correctas y evadir las lágrimas. No me generaba seguridad en absoluto proceder con la cirugía ya que no hay mucho conocimiento sobre el tema. ¿Y si extraen algo que no deberían? ¿Y algo más que el sentimiento de amor se apaga en mí? ¿Si olvido algo? ¿Si no funciona? ─ Pero es eso o dejarlo y no mejorar nada. ─ Odiaba depender constantemente de medicamentos, de tener que saltarme algunas clases o minutos de ellas para encerrarme en el baño esperando a que en cualquier momento expulse la manzana de Adán. ─ Está casado, probablemente tenga familia, intentarlo no hará más que ponerlos en una incómoda situación, ¿o cómo te sentirías si la vida de alguien dependiera de tus sentimientos hacia esa persona?

─ No es tu culpa.

─ Lo sé. ─ Suspiré. Lo sabía. ¿Lo sabía? Era algo que pasaría inevitablemente. Pero, ¿por qué con él? ¿Por qué no con alguien de mi edad? Aunque de ser así, nada sería para siempre. Por más que lo intentara, todo, absolutamente todo tiene un final escrito. ─ De todos modos no hay vuelta atrás ni muchas opciones. ─ Aclaré mi garganta, obviando el agudo ardor en ésta y levantándome del suelo de inmediato. ─ Vamos. ─ Sonreí de costado, extendiendo una mano hacia su dirección. ─ Ya pasó tu horario de dormir, princesita. ─ Burlé. viendo como su expresión volvía a ser la fastidiosa de siempre e ignorando mi agarre se levantó por su cuenta, sacudiendo su ropa para darme la espalda, emprendiendo camino de vuelta a los dormitorios conmigo siguiendo su paso.

─ Deberías pensarlo mejor.

─ Tengo tiempo aún. ─ Asentí por más que la respuesta ya la tenía clara. ─ El suficiente para regalarte un ramo de flores personalizado para tu cumpleaños.

─ Que asco. ─ Chasqueó la lengua, haciéndome soltar otra carcajada y enredar mi brazo alrededor de sus hombros para así caminar a la par.

A mí también me asusta, Bakugo.



________________________

Mi lado tóxico cree que puedo llegar a tener una amistad así con Bakugo, no me juzguen :')

𝙷𝚊𝚗𝚊𝚑𝚊𝚔𝚒 // Aizawa S. X LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora