10.

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No esperó más de tres segundos y le cerró la puerta en la cara al par de hermanos, quiénes lo miraron con lástima al notar sus ojos envueltos en lágrimas

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No esperó más de tres segundos y le cerró la puerta en la cara al par de hermanos, quiénes lo miraron con lástima al notar sus ojos envueltos en lágrimas.

—¿Qué hacen aquí? —reclamó recargado en la puerta.

—Jungkook, abre la puerta, solo queremos hablar. —pidió Tae.

Silencio. Jungkook no respondió y prefirió cruzar sus brazos haciendo pucheros inconscientes. Ambos niños se miraron y al pensar en lo mismo asintieron.

—Te ayudaremos a ver a Jimin.

Con eso bastó para que el pelinegro abriera la puerta un poco y asomara su cabeza.

—¿De verdad?

—Claro. —respondieron en al mismo tiempo.

Dudó en dejarlos entrar, pero luego de razonarlo en su cabecita y luchar consigo mismo; terminó abriendo la puerta, haciéndolos pasar con la mirada gacha.

Ignorando el desorden de sábanas que yacía en su cama, Taehyung y Hoseok tomaron asiento en el suelo mirando a Jungkook.

No se quedó atrás y se sentó de igual manera en el suelo, mirando sus manitas hasta que logró romper el silencio.

—¿Cómo... Cómo me ayudarán? Mamá me tiene castigado.

—Te sacaremos a escondidas. —respondió Hoseok con obviedad —Aprovecharemos cuando la señora Jeon vaya al baño o a su cuarto y saldremos sin hacer ruido, debemos ser rápidos. Supongo que lo máximo que podremos pasar desapercibido sería durante una hora. —rascó su cabeza.

Ambos asintieron, estando de acuerdo al plan del chico.

Se levantaron, sacudiendo sus ropas y comenzar con lo dicho. Bajando las escaleras, uno de los tres asomó la cabeza para asegurarse de que no hubiera muros en la costa, la señora Jeon se dirigía a su habitación y esa era la oportunidad esperada.

Corrieron descalzos, sujetando los zapatos con sus manos y al llegar a la puerta hicieron el esfuerzo por no hacerla sonar.

—¡Volvemos luego, Señora Jeon!

Y sin más cerraron la puerta sin esperar respuesta alguna. Colocándose los zapatos a velocidad luz, corrieron a la casa de los Park y tocaron el timbre.

—¿Niños? ¿Qué hacen aquí de nuevo? —preguntó confundida.

—Venimos a ver a Jimin, otra vez.

La mujer notó a Jungkook esconderse entre los arbustos que mantenía en el jardín, casi de inmediato entendió lo que intentaban hacer. Suspiró, trazando una sonrisa en su rostro.

—Está bien, pasen niños —giró su cuerpo para caminar a la cocina —. Cierren la puerta.

Celebraron en sus adentros, le hicieron señas a Jeon para que se acercara y corrieron al cuarto del rubio, bajando la velocidad al estar a unos pasos de la puerta.

Sin embargo, entraron sin avisar y el pequeño Jimin dio un leve salto por la impresión de verlos y sonrió casi cerrando sus ojitos.

—¡Chicos! ¡Volvieron! —soltó emocionado.

Pero antes de que respondieran, las palabras quedaron en sus bocas cuando Jimin notó a Jungkook. Miró al par de hermanos, diciéndoles algo con la mirada, a lo que ellos asintieron y se fueron cerrando la puerta.

El pelinegro simplemente baja la cabeza avergonzado sin saber qué decir.

—Jungkook —empezó —, lo siento por lo de ayer. Tuve que haberte esperado.

—No debes disculparte, Jiminie, yo actúe de forma exagerada, demasiado diría. —suspiró —Solo me sentí reemplazado, tienes todo el derecho de hacer nuevos amigos.

Terminó regalándole una pequeña sonrisa. Jimin también sonrío, dejó la cama para acercarse a su amigo, quedando a unos pasos de distancia el uno del otro.

—Podré hacer un montón de amigos, pero tú eres irreemplazable, Jungkookie. —confesó con lágrimas en los ojos.

A Jungkook no le importó que el chico frente a él estuviera enfermo, cualquier cosa a su alrededor quedó en segundo plano y lo atrapó en sus brazos. Jimin aumentó el agarre de sus manitas para que no se soltaran.

—Te extrañé, Kookie.

—Yo también te extrañé, Mimi.

Un rato después se separaron, Jimin limpió sus lágrimas y una vez con la vista clara observó a Jeon detalladamente.

—¿Estuviste llorando? Tus ojos están algo rojos.

Asintió y le contó todo lo que había pasado, tratando de no olvidar algún detalle.

—Y... ¿Ahora tú y los hermanos Kim están bien? —preguntó.

—Aún tenemos una conversación pendiente, pero supongo que estamos bien

Fueron interrumpidos por Hoseok, que abrió la puerta mirando a Jungkook.

—Siento cortar su charla, pero debemos irnos ahora, Jungkook. —dijo con pena.

—¿Por qué debes irte? Es muy pronto.

—Me escapé de casa —soltó rápidamente —. Nos vemos mañana, Mimi, adiós.

Jimin apenas movió su cabeza comprendiendo y Jungkook junto con los hermanos salieron corriendo de la casa de los Park hacia la casa de los Jeon. Entraron sin problema, mirando que la señora Jeon no esté por el pasillo y se dirigieron al cuarto de Jungkook.

—Muchas gracias, por haberme ayudado. Lamento mi comportamiento antes. —rascó su nuca.

—No hay qué. —respondió Hoseok.

—Yo me portaba así cuando Hobi hablaba con otras personas, está bien. —sonrió —Ahora deberíamos irnos.

—Claro, adiós.

Salieron de igual manera como entraron, Jungkook iba a acostarse en su cama cuando su madre entró a su habitación con los brazos cruzados.

—Mamá...

—Entonces... Fuiste a la casa de los Park...

"Ayuda, Dios... Soy yo de nuevo..."

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La inocencia de un chico [ Kookmin ]Where stories live. Discover now