#18

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-Si... mamá- Respondió Jungwon, mientras le daba un mordisco a la tostada que tenía en su mano- Estoy comiendo bien y la casa está aseada, no es necesario que llames a la vecina para que venga a revisar... puedo mandarte una fotografía. 

Su madre se había marchado a la Isla de Jeju desde hacía más de una semana, ya que debía cuidar de la abuela de Jungwon quien había comenzado a sobre esforzarse en el trabajo y dejar de lado su salud, la cual empeoraba cada vez más con la edad. 

El chico de lindos hoyuelos podía recordar perfectamente lo difícil que había sido para él y su madre adaptarse a Seúl, después de vivir tan tranquilos junto a su abuela en los hermosos paisajes de la Isla de Jeju. Su madre había decidido aceptar una oportunidad laboral que los podría beneficiar tremendamente, por lo que se marcharon para comenzar desde cero en un lugar completamente desconocido. Jungwon se sentía agradecido de que sus amigos lo recibieran de buena manera desde el primer día en la escuela primaria, incluyéndolo en su grupo y llevándolo a los mejores lugares para matar el tiempo después de la escuela. Habían sido unos divertidos siete años en aquella ciudad. 

-Entonces te quedaras otra semana, no hay problema. Sabes que no pasaré hambre, deja de preocuparte tanto, estoy bien- Volvió a repetir el chico, para luego observar el reloj en su muñeca y levantarse de golpe de la silla- Me tengo que ir a la escuela, te llamo a la hora de cenar. 

La llamada con su madre se había prolongado por más tiempo de lo que debía, pero es que al estar acostumbrados a estar siempre juntos necesitaban hablar de todo lo que les ocurrió en los días que no se vieron. Jungwon le comentó sobre la escuela, lo que había ocurrido en los últimos capítulos del drama que estaban viendo juntos, algunos de los chismes de las vecinas y de su mala calificación, recibió un pequeño regaño de su madre pero le había prometido que sus notas mejorarían y que no se preocupase demasiado ya que estaba estudiando bien... Le había contado casi todo, excepto por lo ocurrido con su profesor. 

El muchacho odiaba tener secretos con su madre, pero por obvias razones no podía hacerle saber lo que estaba ocurriendo entre ese hermoso universitario y él. Era muy probable que terminara despidiendo a Jay y prohibiéndole que se volvieran a ver nuevamente, por lo que debía mantenerse en silencio por mucho que odiara la idea. Por su bien, por el bien de su profesor... y por el bien de su relación con su madre, ya que tampoco sabía que a Jungwon le gustaban los chicos. 

Todo sería muy complicado para el estudiante, justo como su profesor se lo había hecho saber la tarde en la que se besaron por segunda vez en el departamento.  Aún así, Jungwon continuaba sintiéndose en las nubes. 

Cuando el chiquillo de lindos hoyuelos llegó al paradero de autobuses, pudo notar que en este no se encontraba Sunoo quien siempre lo esperaba para que se fueran a la escuela juntos. Jungwon enarcó una de sus cejas y decidió darle una llamada a su amigo, ya que no era normal que el chico de mejillas regordetas no asistiera a la escuela. 

-¿Y bien? ¿Cuál es tu excusa?- La voz de Jungwon se escuchaba seria, lo cual era algo sumamente extraño en él. La voz al otro lado de la línea telefónica parecía estar acelerada, el de lindos hoyuelos se sonrojo al instante... ¿Qué demonios estaba haciendo su amigo?- ¿Po-por qué suenas así? 

-Evita tus sucios pensamientos, mal pensado- Soltó en un tono serio su amigo- Salí corriendo de mi casa, creo que tendrás que llegar sin mí. Espero llegar antes de la segunda clase... 

-¿De nuevo te quedaste arreglando tu cabello por horas?- Preguntó Jungwon rodando los ojos. Si había algo que Sunoo amaba hacer, era cuidar su imagen por lo que cada mañana se encargaba de hacer su rutina de skincare y hacer que su hermosa cabellera rubia brillara. 

"HEY TEACHER" ; jaywonDove le storie prendono vita. Scoprilo ora