"HEY TEACHER" ; jaywon

#30

Jungwon y Jay se dirigieron una mirada que mezclaba el desconcierto y sorpresa de la situación a la que se veían enfrentados, mientras escuchaban como unos pasos se dirigían a la habitación del menor. 

Sin pensarlo un segundo más, Jay se levantó de la cama buscando un lugar donde esconderse, ya que era obvio que ninguno de los dos tendría el tiempo suficiente como para vestirse y fingir que no se habían estado revolcando como dos animales en celo minutos antes. Pero no había donde, ni el pequeño armario junto a la pared, ni bajo la cama que contaba con una separación muy estrecha del suelo y mucho menos detrás de la puerta... ya que esta se abría hacia afuera. 

El profesor se llevó una mano a los cabellos, ya comenzando a desesperarse. Mientras que Jungwon se quedó inmóvil en su cama, sin saber que hacer. Fue cuando la puerta comenzó abrirse que el muchacho despertó de su shock, tomando de la muñeca a su profesor para que este cayera sobre la cama y alzando sus cobertores sobre ellos en un rápido movimiento, tapando casi por completo sus cuerpos, para luego voltearse hacia la pared y fingir que estaba dormido. 

-¿Hermanito? ¿Estás dormido?- Aquella voz se hizo presente dentro del cuarto. 

El menor tragó saliva e intentó contener su nerviosismo al sentir el calor del cuerpo de su profesor, pegado por completo al suyo. La sola idea de saber que el rostro de Jay había quedado a la altura de su estomago mientras él estaba desnudo, lo hacía sentir completamente avergonzado. 

-Este chico... - Jungwon estuvo a punto de soltar un suspiro al escuchar los pasos de su hermana dirigirse a la salida de su habitación, pensando en que un hermoso milagro había ocurrido y habían pasado desapercibidos. Pero...- Ven a saludarme cuando decidas dejar de fingir que estas dormido. Y dile a la persona que esta escondida bajo tus sabanas que puedo ver perfectamente sus pies sobresalir. Tienen cinco minutos para estar en el comedor. 

Jungwon se volteó espantado en dirección de su hermana, pero esta ya se había marchado. Las sabanas comenzaron a moverse bajo él, y el rostro enrojecido de Jay apareció. 

-Supongo que tendré que presentarme mucho antes de lo planeado...- Murmuró Jay, para luego suspirar. 

Jungwon se mordió el labio y se dejó caer sobre la cama con el rostro completamente enrojecido. Sería una gran batalla contra su hermana mayor, pero estaba dispuesto a pelear con uñas y dientes para que su relación no se viera afectada. 

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-No esperaba que la persona que estuviera en la cama con mi pequeño hermano... fuera su propio profesor particular- Soltó la mujer, llevándose la taza de té a los labios para darle un largo sorbo. Jungwon y Jay permanecían en silencio al otro lado de la mesa, sin si quiera alzar la mirada ya que la vergüenza era mucho más fuerte. 

No habían contado con el tiempo suficiente para poder arreglar un poco sus aspectos, por lo que Jay se había presentado en el comedor con la camisa arrugada, el cabello alborotado y los labios hinchados. Por su parte, el menor se encontraba con las mejillas rojas, una camiseta sucia y múltiples marcas rojas que recorrían parte de su cuello y hombros. 

-Pensé que te sorprendería más saber que se trataba de un otro chico- Murmuró SeungKwan, jugueteando de manera nerviosa con los dedos de sus manos. 

-Créeme eso es lo de menos- Respondió la mujer- ¿Tu nombre es...?

-Jay Park, es un gusto conocerla- El profesor se levantó rápidamente para hacer una reverencia y alzar su mano para estrecharla, pero esta jamás fue respondida. No tardó en regresar a su asiento, mientras aclaraba un par de veces la garganta para que su ligero sentimiento de vergüenza pasara desapercibido.