una noche de primavera, sunghoon encuentra en el bosque un pequeño cachorro de tres años que se encuentra herido de su pierna. su instinto omega no le permite el dejar aquel cachorro solo. así que sin dudarlo ni un poco decide llevarlo a su pequeño...
❛ ¿aquí termina todo? tengo miedo de que se acabe, no puedes expresar lo que sientes, nunca has demostrado tu verdadero rostro, sé que es así y nunca sé por qué, ¿en qué piensas? no, ya no te conozco, cariño.❜
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el fresco aire acarició la tersa piel de su rostro, brazos y pies descubiertos, formando una pequeña mueca en su rostro comenzó a removerse incómodo entre las delgadas y algo desgastadas sabanas que lo cubrían a él y a su hermano menor, intentó dejar de lado el frío que se comenzaba apoderarse de su cuerpo para poder volver a conciliar el sueño, pero al comenzar a sentir que la atmósfera del lugar se volvía aún más fría terminó abriendo sus ojos junto a un gruñido.
─yace demasiado frío.─tembló entre dientes. por lo general su cuarto siempre se mantenía en una temperatura baja, la cual llegaba a ser soportable, pero en esta ocasión era excesiva. con el entrecejo fruncido se incorporó en su cama y tallando sus pequeños ojos gatunos comenzó a analizar los blancos copos de nieve que se veían a través de la ventana de su habitación.
cuando el frío volvió a recorrer su cuerpo decidió ir en busca de unas cobijas más gruesas para que él y su hermano menor no pasaran frío y así ambos pudieran evitar pescar un resfriado. tratando de evitar hacer ruido tomó su pequeña mantita para poder bajar de la cama, y con pasos pequeños salió de la recámara con precaución de no despertar a sunoo.
mientras caminaba hacia el clóset en el que guardaban los cobertores para las épocas de invierno se dispuso a tararear una de las canciones que su madre siempre cantaba para él y su hermano:
─amarillo es el patito, amarillo es el limón, amarillo es el pollito que sale del cascarón.─cantó con entusiasmo mientras daba pequeños saltos, haciendo rechinar la madera del suelo─amarillo es el patito, amarillo es el limón, amarillo es el po...llito.─arrastró aquellas últimas palabras al escuchar unos fuertes sollozos provenientes de la sala, enseguida detuvo su andar, y con un leve ceño fruncido dirigió su mirada hacia la dueña de aquel llanto.─mamá...¿te sientes mal? ¿quieres qué le llame a seung hyung o a un doctor?─cuestionó preocupado mientras apretaba en su pecho la manta que sostenía.
con pequeñas gotas saladas resbalando por sus mejillas la mayor se limitó a sólo negar con la cabeza mientras seguía observando aquel punto inexistente en el que se había concentrado todo este tiempo.─ya no puedo sentirlo.─susurró mientras sentía como todo a su entorno comenzaba a ponerse borroso.─se fue...─fueron las últimas palabras que logró formular antes de que su cuerpo cayera al frío suelo. sunghoon agrando sus ojos y con un gran grito dejó caer su mantita al piso para rápidamente salir corriendo al rescate de su madre.
con llamados desesperados y llanto de por medio intento que su mamá despertara, mientras en su cabeza intentaba entender aquellas palabras dichas por su progenitora, sin embargo, en ese momento él era muy pequeño para lograr comprender que lo que su madre quería decir era que su lobo por fin había logrado dejar de sufrir la agonía de aquel lazo rompiéndose, aquel desgarrador sentimiento que venía arrastrando desde el momento en el que fue reemplazado con tanta facilidad; aquel animal por fin había muerto y ahora ella se había vuelto un cascarón vacío.
