El tamaño no importa

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Nunca me consideré buena para las descripciones de paisajes pero es algo que amo imaginar en las historias, y parece que tanto incluirlas terminé aprendiendo varios trucos. Por eso aquí les traigo... ¡Técnicas Briper para describir escenarios! Para que dejen de limitarse a mencionar tamaño y color de los objetos.

Son trucos sencillos para ir desarrollando poco a poco habilidades de descripción. También incluiré muchos ejemplos (unos morbosos espeluznantes y otros cursis alegres) improvisados para graficar cada explicación. ¡Aquí vamos!


1. Empecemos por el tamaño

Un ejercicio que me ayudó mucho en mis inicios fue imaginar una habitación y empezar a mencionar desde los objetos más grandes hasta los más pequeños. Otra alternativa es desde los más cercanos a los lejanos. O al revés.

Por ejemplo: Apenas los personajes entran a una escena del crimen, lo primero en mencionar podrían ser las paredes (su tamaño, material, color, altura o alguna marca), seguirían las ventanas (material, estado en el que se encuentran, altura o tamaño), y continuamos con los accesorios que sean importantes (un objeto roto en el suelo, manchas, cuadros, algún reloj, etc.). Desde los objetos más notables a los detalles.

Al momento de describir el cadáver, deben volver a empezar el ciclo de lo más grande a lo más pequeño. Ir del tamaño del cuerpo, rasgos en general, postura y finalmente las marcas como la herida.

Aquí lo que dije aplicado a la práctica:

Abrieron la puerta con cautela. La habitación tenía paredes altas con ventanas de madera finamente tallada. Los cristales se encontraban rotos, con sangre seca en los bordes. Desparramados por doquier, podían verse un cuaderno con las hojas arrancadas, un viejo reloj de bolsillo y varias prendas de ropa.

El cuerpo se hallaba en el suelo, vestido con una chaqueta de cuero y jeans a juego. Había sido alto, de complexión delgada y rasgos que podrían perderse entre una multitud. Sus ojos se mantenían abiertos en la nada misma. A la altura del corazón, aparecía un hueco del tamaño de un puño. Dejaba entrever sus órganos sin vida a través de su caja torácica.

No sean tan exigentes y no esperen conseguir algo como lo de arriba al primer intento. A mí me sale fácilmente porque llevo más de media década de tropiezos. ¡Es cuestión de práctica!


2. Tres focos en los paisajes

Ahora, si están al aire libre las opciones se limitan un poco, pero pueden centrarse en estos tres elementos: el cielo-clima, la flora y la fauna.

Por ejemplo, los personajes están almorzando en un bosque junto al lago. Podrían empezar mencionando cómo lucía el cielo a esa hora, qué clima hacía. Luego ir a las plantas y árboles (sus tamaño, edades aproximadas, colores, forma, algo que destaque). Finalmente, para darle color, mencionar algún animal o humano que esté pasando por la zona.

Ej.: Mientras sacaba la comida de su canasta, sus ojos estudiaron el cielo. Era un hermoso día soleado, con una brisa fresca propia del verano.

Los árboles centenarios tenían una altura majestuosa. Aún conservaban rastros de la primavera, hojas verdes llenas de vitalidad.

Del otro lado del arroyo, un conejo intentaba beber agua sin mojarse más que sus patitas delanteras. Se tensó al oír pasos de algún depredador. Entonces salió disparado hacia los arbustos.


3. Jugar con los cinco sentidos

Este es un truco excelente para darle vida a las descripciones de arriba: Agregar qué sensaciones y emociones produce en el personaje ese lugar.

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