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capítulo diez. después de mí, el diluvio
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—LOS ITALIANOS LOS LLAMAN Strega. Los Yoruba de África Occidental los llaman Aje, que significa madre. De donde era mi madre, los llamaban Hexa, y aquí las llamamos Brujas. A lo largo de los siglos, los vampiros han luchado contra ellas y con ellas, han dormido con ellas y las han quemado. Ya sean adversarias o aliadas, han sido dignas de respeto. Su magia ancestral asegura esta ciudad. Nunca ha habido una bruja todopoderosa. Hasta Davina —Hayley se había acomodado en la silla mientras se acariciaba la protuberancia con el pulgar mientras Esme estaba detrás de ella mirando la colección de dibujos que Davina había hecho y que habían sido reunidos para mostrar a una ex amante de Elijah Mikaelson, Celeste.
Klaus había entrado en la habitación hasta el final del relato de Elijah hacia Esme y Hayley mientras se preguntaban por qué Davina habría sacado a Celeste de todas las brujas. —¿Quién está ahora escondida sana y salva al final del pasillo bajo mi protección? —Esme había puesto los ojos en blanco con impotencia ante la forma en que Klaus parecía haberse apegado a su palabra de no lastimar a Davina—. Tu Celeste era bastante hermosa y presagiaba maldad según nuestra volátil artista residente —Klaus bromeó.
—Sí. Quizás Davina haya confundido lo que ella llama maldad con poder —Elijah respondió mientras su atención se concentraba en la imagen—. Celeste fue ciertamente muy poderosa en su época, pero ha estado muerta por más de 200 años. No entiendo por qué todos estos bocetos ahora —Se preguntó mientras se acomodaba en el sofá de la sala de estar donde los cuatro se habían reunido para descubrir el misterio.
—¿Por qué una bruja haría esto? —Klaus preguntó mientras se había unido a su hermano para sentarse en otro mueble dentro de la habitación.
Marcel había estado tratando de volver a los buenos términos con Davina, eso significaba asfixiarla con el mismo tipo de amor que él por ella antes, pero Davina todavía estaba enojada y molesta por la muerte de Timothy, quien nunca debería haber estado involucrado en su mundo. Con el repentino alboroto había hecho que Esme suspirara mientras descansaba contra el respaldo del asiento de Hayley, ya que sabía que Davina no estaría perdonando por un tiempo.
—Bueno, eso está saliendo bien —Klaus comentó haciendo que los ojos de Esme se pusieran en blanco.
—Si estabas tratando de ganarte la confianza de la chica, quizás envenenar a su amor verdadero no fue la mejor idea —Elijah respondió mientras sus ojos se apartaban de la colección de papeles que habían sido reunidos hacia su hermano, quien debería haberse sentido culpable por lo que había hecho.
—Oh. ¿Hay más muertes inoportunas que te gustaría echarme en cara? —Klaus preguntó como si hubiera pensado que su elección había sido terrible.
—Dame un mes. Haré una lista.
Klaus soltó una carcajada antes de que otro golpe hiciera eco a través del recinto y que había imaginado que tenía algo que ver con la bruja adolescente. —Jóvenes, viejas, muertas o vivas, las brujas solo saben molestar —Él suspiró.
