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capitulo veintiséis. te quiero, adiós
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CAMILLE HIZO todo lo posible por calmar a Hope, que gemía en la parte trasera del auto, no acostumbrada a la velocidad que Esme realizaba dentro del auto que las llevó lejos de la casa de seguridad. Temía que las hubieran encontrado, lo que explicaba la explosión que había tenido lugar en medio de la nada. Esme entró en pánico, estaba entrando en pánico mientras hacía todo lo posible por pensar rápido sabiendo que la encontrarían cuando habían estado escondidos durante tanto tiempo. Camille estaba preocupada por Elijah, preguntándose si había sobrevivido a la explosión que había dejado la casa hecha añicos, donde todas sus pertenencias se habían quemado al igual que las paredes que formaban la casa.
Esme se había asegurado de que se dirigían en dirección a Nueva Orleans, con la esperanza de que en el camino encontraría un teléfono público donde pudiera contactar a Klaus e informarle lo que había sucedido. Camille continuó tratando de tranquilizar a la bebé que continuamente lloraba, hambrienta y abrumada por lo que sucedía a su alrededor mientras los ojos de Esme se posaban en las luces de la calle que colgaban sobre una pequeña tienda y un teléfono público que jugaba a su favor. Su pie pisó el freno, para hacer que el auto se detuviera suavemente antes de que su atención parpadeara hacia Camille.
La rubia estaba mucho más asustada que Esme, dado que sus días antes de conocer el mundo de lo sobrenatural eran muy normales, pero huir de una explosión era algo que parecía normal para Browne. —Voy a buscar a Hope, Cami —La O'Connell había salido del vehículo mientras Esme usaba su velocidad vampírica hacia la bebé que había chillado más fuerte, queriendo ser liberada para que el asiento del automóvil descansara en los brazos de Esme—. Está bien, Hope. Está bien. Vamos a llamar a tu papá, ¿de acuerdo? —Esme acunó a la niña en sus brazos mientras miraba a Camille, cuyas monedas se le habían escapado de las manos debido a los nervios que le recorrían el cuerpo.
Esme escuchó a Camille maldecir por lo bajo con su propia irritación antes de que sus oídos se aguzaran ante el susurro que venía del miedo, una lata rodando por el suelo mientras las tres se apiñaban juntos. —¡A quienquiera que esté por ahí, le recomiendo que no piense en atacar a una mujer embarazada, especialmente a una tan irascible como yo y que lo prometo, le sacará los ojos! —Amenazó, sabía que era la mejor oportunidad de protección que iban a tener las tres.
—En realidad, Esme —Browne giró rápidamente sobre los talones de sus botas, suspirando aliviada al ver el Original cubierto de manchas de hollín—. Probablemente no sea necesario.
Camille acababa de sentirse tan aliviada como Esme al ver a Elijah, quien rápidamente se acercó a ambas, sabiendo que regresar a casa podría ser la mejor opción para todos. —¿Qué diablos pasó ahí? —preguntó Camille.
—Esa es una discusión para el auto —Dijo Elijah, lo que hizo que Esme se apresurara rápidamente hacia el vehículo mientras Hope soltaba otro grito—. Vamos a movernos.
