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KAZUTORA X MIKEY




El corazón de Mikey latía más de lo normal, su lengua se sentía tan entumecida, el alcohol en su sistema lo orilla a ponerse de pie, apoyándose contra la puerta con el antebrazo.

"¿Me dejarías besarte?

La mandíbula de Kazutora cae.

"Estás borracho"

Mikey frunció el seño.

"No estoy tan borracho como crees que estoy"

Kazutora ve cuidadosamente los siguientes movimientos del rubio tambaleante.

"Eres tan malo conmigo Kazutora". Manjiro hizo un puchero y se cruzó de brazos.

Nunca de los nunca Kazutora había considerado que Manjiro le pidiera un beso, pero porque su corazón está martillado en su pecho tan eufóricamente.

Esto en un error. Mikey está borracho.

"Mikey..." Kazutora duda, removiendoce incómodo.

"Solo será uno de piquito".

Kazutora abrió los ojos con sorpresa, cuando fue que se acercó hasta quedar enfrente de el.

Con la repentina cercanía del rubio, podía sentir el cosquilleo de su aliento bailando sobre sus labios.

"Porfavor Tora". Ronronea Mikey. "Me perteneces ¿No?"

Kazutora traga con dificultad y mira la lata de cerveza en su mano, la cerveza suena bastante bien ahora.

Kazutora lo bebé rápidamente y alcanza a Mikey, tomándolo por su nuca.

Los dedos de Mikey se enroscan alrededor de las solapas de su camisa de Kazutora y unen sus labios.

Es un beso corto y simple, pero lo suficientemente largo para Kazutora.

Mikey fue el primero en retirarse, mientras que Kazutora retira sus manos como si hubiera recibido una descarga eléctrica. Aguanta la respiración y se congela cuando Mikey lo mira con una expresión estoica.

"Dame otro". Exige el rubio.

Todos están tan acostumbrados a los caprichos del comandante, por ello es asombrosamente difícil decir que no.

Pasan 20 minutos enteros explorando la boca del otro. Es lento, insufriblemente lento y casi completamente en lengua. Tan desordenado y sucio. La baba se les escurre y cubre sus barbillas.

Ha pasado casi una eternidad desde que Kazutora ha besando así. Pero con Mikey se siente bien, tan natural. Su pene palpitante se siente tan apretado en sus pantalones. Lo único que quiere es someterse en la cálida lengua que recorre sus labios, tan tentadora.

La habitación se siente caliente y húmeda, el calor corporal que emite el rubio continúa apoderándose de el.

Sin más reparos Kazutora toma la muñeca de Mikey y le da un tirón exigente y este último tropieza y cae sobre su regazo.

El rubio no pierde ni un segundo, sus labios presionan besos en su barbilla y mejillas, dejando hasta el último el exuberante tatuaje en su cuello que lo caracteriza, mientras que su mano desciende para desabrochar cada unos de los botones de su camisa, sus dedos acariciando el torso ya desnudo de Kazutora.

Las lenguas juegan entre si, sus cabezas giran en sincronía,las narices chocan, y los dientes se juntan ocasionalmente para morder.

Mikey gimió.

"Vamos a otro lado". Dijo el rubio.

El rubio era un desastre, teniendo los labios rojos e hinchados, un tinte rojo coloreando sus mejillas y el pelo desordenado, se veía tan hermoso.

Kazutora no se se podía negar.

Así que lo alzo sobre sus brazos y lo encaminó hacia la habitación, para este punto, Mikey no lo dejaba de besar y lamer.

Kazutora lo acotó sobre las sábanas, subiéndose arriba del rubio, mientras que Mikey abre sus piernas para el.

Kazutora tuvo suerte de que no había nadie en la casa, Baji habría salido con chifuyu a quien sabe dónde, y ahora que había descubierto sus sentimientos con su amigo.

Mikey y Kazutora no pudieron esperar para quedar desnudos enfrente del otro, Mikey estaba ansioso de un pene llenandolo y haciéndole sentir en el éxtasis del placer.

"Que esperas... Kazutora", "F-follame" exige el rubio.

"Tan ansioso Mikey"

Kazutora desea hacer rogar a Mikey, quiere reducirlo a una zorra mendigando por un pene.

"Si, quiero tu—tu pene". Mendigo el rubio.

Kazutora comenzó a frotar el interior de los muslos de Mickey dejando que sus manos se detuvieran en su miembro palpitante.

"Kazutora" gimió el rubio

Kazutora hipo y rio en respuesta.

Mirando a la persona debajo de el, alineó su polla sobre el agujero rosado y empujó.

Kazutora debe tener al menos 9,1  pulgadas como máximo; su polla lo llenaba tan bien, tocando su próstata en la primera estocada; entonces Mikey echa la cabeza hacia atrás con la lengua colgando.

Mikey gimió y llevo sus manos para enrroscarlas sobre su cuello, mientras que unos dedos fríos se enroscaron sobre su pene para comenzar a bombardearlo de arriba para abajo. Las embestidas fueron contantes, aumentando el ritmo mucho más duro y rápido, siguiendo tocando ese manojo de nervios dentro de el.

La cama cruje, el sonido de pieles chocando y el olor a hormonas y sudor, inundaron la habitación, de la boca del rubio salían gemidos obscenos y agudos.

"Ka-Kazutora"...—El rubio gimió contra su oído. Estaba apunto de venirse.

Kazutora le inclinó hacia adelante, incrustando sus dientes sobre el cuello de este, sacando un chupetón grande.

Unas cuantas embestidas mas y ambos lograron su orgasmo.

Escuchando su respiraciones agitada de su amigo intentando recuperar su respiración después del sexo. Volvió a buscar esos labios para besarlo, hasta que Hanemiya salió de su interior, chorro de semen siguiéndolo. 

No cruzaron miradas ni palabras, Mikey observo como se volvía a poner la ropa que estaba esparcida por la habitación.

El rubio sonrió levemente.

"¿Que carajos?. interrogó una nueva voz en el umbral de la puerta.

Mikey se tapo su cuerpo con las sábanas por inercia.

Era baji. Su expresión era una de asco.

"Hermano...en mi habitación no". El pelinegro se quejo amargamente.
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Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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