parte 22

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Estaba nerviosa por volver con el señor Lee y la idea de vivir juntos.

Recuerdo los buenos momentos que pasamos al inicio de nuestra relación (por así decirlo) fue como una luna de miel, cocinamos juntos incontables veces, faltaba a su trabajo para estar conmigo todos los días y me enseñaba cosas nuevas. Las citas tan inolvidables que disfruté con él. Fue nuestro mejor tiempo de pareja.

Todo eso también fue acompañado por los días en los que el señor Lee actuaba extraño conmigo, me hablaba mal, se alejaba de mí o en ocasiones me encerraba en nuestra habitación hasta que era de noche. Agreguemos las veces que me llevó a su trabajo para tener algo con qué liberar su estrés, por suerte no sobrepasó los límites.

No quería volver a eso y esperaba que fuera de esa manera. Por supuesto que lo fue.

Realmente el señor Lee cambió. Cuando nos mudamos a nuestro nuevo departamento no dudó en mostrarme mi habitación, sí una pieza solamente para mí e incluía una ducha propia. Aclaró que cambiarían las cosas si volvíamos y creo que lo está cumpliendo. Tendré mi privacidad pero extrañaré dormir a su lado.

Ese día preparó la cena usando un traje color negro, no pierde su elegancia para hacer cosas como estas. Arregló la mesa colocando un ramo de rosas en el centro y alrededor unas velas.

-¿Por qué siempre exagera las cosas?- adoro cuando se pone detallista.

-Faltó un poco más, ¿no lo crees?- me dió un beso en mi mejilla mientras tomó por unos segundos mi cintura. -Deseaba tenerte conmigo otra vez que ahora me da tanto miedo perderte.-

-Señor Lee quiero disculparme por ser tan mala persona con usted, me ha dado mucho y yo no lo valoro como debería. Prometo ser una mejor persona que lo merezca.-

Alzó mi rostro con ambas manos cubriendo mis mejillas, dejó besitos por casi todo mi rostro. Soltó una risa leve.

-Eres muy adorable, amor.- cielos, extrañaba tanto sus apodos cariñosos que alborota mucho mi sistema.

-También estaré dispuesta a hacer todo lo que quiera, sin importar que sea. Pero por favor ya no me deje.- me aferré a su cintura y cubrí mi rostro en su torso.

-Eso no será necesario, escucha, sé que la pasaste mal por mi culpa durante un tiempo pero las cosas cambiaron, yo igual y ahora estaremos más juntos que antes. Prometo siempre estar contigo si me lo permites y si tú te cansas de mi lo entenderé muy bien, lo repetiré nuevamente, no te voy a obligar a estar conmigo si no quieres.- daba caricias en mi cabello.

-Lo amo.-

Ya no era necesario cuestionar incontables de veces si se trataba de amor, dejaré que las cosas fluyan como deben sin sobre pensar.

Quiero creer que toda irá mejor, los problemas estén lejos de nosotros y poder tener una vida tranquila como inicialmente había imaginado.

Cambiamos. De eso estoy segura.

El señor Lee lavaba los platos silenciosamente, son muchas las facetas que me gustan de él y esta es una de ellas, verlo con sus mangas hacia arriba llegando a los codos, concentrado por hacerlo bien y terminar lo antes posible hace que me enamore aún más.

Mis ganas de abrazarlo no resistieron, rodé su cintura y dejé besitos en su espalda. Hay algo especial que me hace sentir con solamente tocarlo, es como una especie de protección o más allá que amor. Son tantas las emociones que no puedo describirlas.

Seca sus manos con un trapo y gira para verme, le sonrío sin soltarlo.

-Estás muy cariñosa.-

-¿Le molesta?- hablo mientras juego con los botones de su camisa, desabrocho tres de manera rápida, paso mis manos sobre su piel desnuda y la acaricio. Deposito pequeños besitos en esta.

-¿Qué pretendes?-

-Quisiera dormir con usted.-

-Tienes una habitación para ti. No quiero que te sientas incomoda al volver a dormir conmigo.-

-Sólo por hoy, señor Lee.-

-Piénsalo mejor, cariño.- besa mi mejilla para retirarse de la cocina, voy detrás de él tal cual cachorrito.

-No tengo nada que pensar.- detiene su paso enfrente de su habitación, suelta un suspiro y da la vuelta.

-Primero me gustaría conversar contigo.-

Preguntó nuevamente si estaba segura sobre volver a estar juntos, le dije que sí cuatro veces intentando sonar lo más convencida posible. También habló acerca de mi comportamiento, dice que en el tiempo que estuvimos juntos tengo actitudes un poco extrañas mientras duermo y al parecer le llamo "Papi" por las noches, quería morir cuando lo contó.

Cuando tenía siete años mi papá me abandonó por primera vez, siendo sincera no recuerdo mucho de aquel entonces sólo que lo extrañaba y me preguntaba por qué no había llegado a dormir. Creo que fue por un año y regresó con mi mamá para después hacerlo dos veces más. En este tiempo me sentía sola, mi madre consiguió buen trabajo lamentablemente era desde las dos de la tarde hasta la madrugada, me quedaba con mi abuelita todo el día ella dormía en la planta baja ya que se ahogaba si subía las escaleras. Aprovechaba la tarde para estar en mi habitación y a veces estaba con ella viendo la televisión. Por las noches hablaba con tipos que conocía en aplicaciones, nunca pregunté por sus nombres porque no me interesaban, buscaba con quién hablar, alguien que estuviera interesado en mí pero no querían eso solamente siempre era algo más. Pedían fotos o vídeos de mí desnuda o de mis pechos, amenazaban con bloquearme y esa se fue la razón por la que acepté, buscaba y necesitaba atención pero ese fue el costo.

Tenía miedo de que me descubriera mi mamá, así que borré la aplicación y las imágenes mías. Sentía algo en mi estómago mientras estaba con ella, era tan molesto que no sabía qué hacer pero no dije nada para no preocuparla más. Cada vez me sofocaba aún más, el cargo de conciencia estaba siendo muy duro conmigo. Nunca le dije a alguien sobre esto, con el tiempo poco a poco pude encontrar calma. Sentí que estaba defraudando a mi madre por mis acciones, todo por la culpa de mi padre. Sabía que lo que había hecho estaba muy mal, prometí jamás hacerlo y pude cumplirlo. A pesar de querer volver a hablarles a esos tipos pude dejar de hacerlo.

Supongo que esa es la razón.

El señor Lee escuchaba con detenimiento quedándose en completo silencio.

-Sé que me ví como una ofrecida urgida por atención. Lamento no ser una chica decente para usted, señor Lee. Merece algo mucho mejor.- envuelve mis manos con las suyas y las besa ambas. Sonríe para finalmente abrazarme. El calor que brinda me tranquiliza un poco.

-¿Es posible que me veas como una figura paternal?-

-Tal vez.- eso sin duda pero no quiero admitirlo.

-Tengo otra duda, cariño.- asiento mientras me hundo más en su cuerpo. -Son varias veces en que las cosas van muy lejos, quiero decir, en parte es por mi, yo soy el que inicia la situación pero en otros casos eres tú sin embargo no hemos llegado al final. ¿Tienes algún temor al sexo?-

Si me da más atención en estos momentos definitivamente se va el temor.

-Quiero hacerlo pero el hecho de tener que estar desnuda es un problema también que algo vaya entrar dentro de mi, no lo veo muy satisfactorio.-

No creo que mi cuerpo tenga la suficiente belleza como para que alguien lo vea desnudo. Debo cambiarlo si planeo hacerlo algún día.

-Adorable.- susurra.

-¿Podemos intentarlo?- ver mis límites sería bueno ¿no?

-¿Ahora?-






















Sun ° Lee Dong Wook °Where stories live. Discover now