parte 23

355 24 1
                                    

Me encantan sus caricias en mis piernas, la manera en que toca todo mi cuerpo y reparte besos en este. Adoro todas las sensaciones que provoca pero algo me dice que lo detenga.

Quiero terminar esto y saber qué se siente tener sexo, quiero experimentarlo de verdad pero tengo miedo.

Comienza a frotarse sobre nuestras prendas mientras besa mi cuello, juego con su cabello e intento disfrutar su cariño. Bajo mis manos hacia su espalda, tomo con fuerza su camisa cuando siento un apretón en mi muslo.

-Lo siento, fui muy brusco ¿verdad?- ¿por qué su respiración ya estaba agitada?

-Un poco repentino.- sonreí levemente.

Su mano recorre mi pierna, esta vez la aprieta de manera suave cuando llega al muslo, por último se detiene en mis hombros. Los acaricia y deja besos en estos, me mira unos segundos mientras baja los tirantes de mi blusa.

- Hágalo rápido, ¿por qué está siendo tan delicado?- mis manos se dirigen a su cinturón de una manera desesperada queriendo desabrochar dicho accesorio.

-Espera, espera.- me detiene. -Tenemos el tiempo suficiente, no hay necesidad de hacerlo rápido ¿o sí?-

-Yo sólo...- ¿cómo decirle que tiene que forzarme a hacerlo? No tengo la voluntad suficiente. -

- Mírame.- toma mi mentón y lo voltea hacia él. - No estás lista, ¿cierto? - suelta un suspiro, nuestros cuerpos se reincorporan y nuevamente tengo el sentimiento de ser una completa patética. Comienzo a creer que el señor Lee se cansará de estas cosas inmaduras.

-Tengo que contarle algo.-

Creo que esto servirá en cierta forma, serle sincera sobre cómo quiero que suceda y posiblemente se considere como algo no tan normal.

Ser forzada.

Extraño, pero será como una práctica, un escenario ficticio (un poco enfermo) pero consensuado, simplemente es una manera de tener sexo. Lo pensé en aquellas veces fallidas en las que casi teníamos sexo el señor Lee y yo, quería buscar soluciones para él y fue lo único que creí útil.

-Es increíble, nunca me habían dicho esto. No lo esperaba para ser honesto.-

- Hágalo un día inesperado y no se detenga en lo absoluto, ignore mis palabras.-

-¿Estás segura de eso? Es arriesgado y...-

-Sí.- no importa. Nada me importa.-

-No estoy seguro de poder hacerlo de esa manera.-

-Sólo hágalo. No le tome importancia a nada más que su propio placer, quiero que... tome mi cuerpo y lo haga suyo todas las veces que quiera.-

¿Por qué su respiración se estaba acelerando? Su pecho subía y bajaba con rapidez. ¿Estará bien?

Dijo que sí, nada de qué preocuparse. Mis palabras le sorprendieron, me dijo, y no sabía qué debía hacer al respecto, sí obedecer o tener un poco de moral. Bien, cumplí con decirle la manera fácil, sólo será cuestión de qué lo haga algún día, espero que pronto. Mis deseos de saber y experimentar el placer sexual aumentan cada día, a pesar de decir diariamente que no quisiera tener algo dentro de mi, en lo más profundo lo estoy anhelando. Es normal en cualquier persona, así que no me preocupo.

-Me preocupa que sufras de algún trauma, ¿segura que estás bien? - preparaba café en plena madrugada debido a un capricho mío, perfecto ¿verdad? Lo amo.-

-Estoy segura. Sólo será como una práctica sexual.-

-Es un poco violenta, ¿no lo crees?-

-Así quiero hacerlo.- entregó una pequeña taza en mis manos, se sentía muy caliente pero el olor es exquisito.-

-Mañana tienes clases, es hora de que duermas.-

-Espere, todavía no me lo termino.- ah, quería realmente tomarlo.-

Me arrastra hasta la habitación, mientras busca ropa en el clóset yo me dedico a retirar mis prendas y cepillar mis dientes después. La pijama se encuentra en la cama pero el señor Lee ya no, supongo que dormirá en la otra habitación.

Extraño.

Al siguiente día fui a clases, no quería ir para ser sincera pero es muy aburrido quedarme en casa sin nada que hacer y el señor Lee tampoco me saca a pasear.

Empezamos el día con matemáticas, en ciertas veces se me dificulta pero en otras las adoro, me he estado esforzando por entenderles y sacar buenas notas, quiero que el señor Lee se sienta orgulloso. Días anteriores me ha preguntado sobre a qué quiero dedicarme pero aún no estoy segura, sólo quiero algo que me deje mucho dinero y no sea tan difícil.

Me quedé dormida en las últimas clases para salir al almuerzo, una compañera, Sunhee, me despertó diciendo que ya era hora de ir a comer. No le hablo mucho, pero es muy linda conmigo. Siempre he tenido problemas para hacer amigos nuevos, espero a que ellos me hablen, y esta vez no fue diferente. Sunhee me preguntó el primer día dónde quedaba la sala de maestros, estaba nerviosa porque yo tampoco lo sabía entonces le dije que la buscaramos juntas.

En fin, encontré a una linda persona.

En la mañana no ví al señor Lee por lo que ni siquiera le he mandado un mensaje, apuesto que no se acuerda de mí.

Mientras dejaba la bandeja de comida marqué al número del señor Lee para saludarlo y confirmar si vendrá por mí. Tardó varios minutos, marqué otras dos veces más.

-¿Señor Lee?-

-¿Si?-

-¿Por qué no me dejó al colegio está mañana, eh?-

- Lo siento mucho, amor. Tuve que ir a la oficina temprano, pero te dejé dinero en la cocina.-

-¿Vendrá por mi?-

- Claro que sí, princesa.- ah, amo cuando me dice así. -

-Está bien, lo esperaré. Lo amo.-





















Sun ° Lee Dong Wook °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora