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- El ciberacoso no es gracioso

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- El ciberacoso no es gracioso. Enviar un mensaje cruel a alguien en línea es tan hiriente como decírselo en la cara. No dire nombres, pero, el otro día, una madre me llamo porque su hijo lloraba luego de que unos chicos se burlaron de su deformidad facial en línea- Hablo una maestra y todos miraron a Eli, quien se tapaba su labio avergonzado.

- Es ese chico - Murmuró un estudiante.

- El del labio raro - Murmuró otro y Laila miro a Eli con tristeza.

Los murmullos sobre el labio de Eli y las miradas fijas sobre el invadieron la cafetería. Lo que provoco que Moskowitz se encorvara por la vergüenza que lo invadía por dentro. No tenía para nada de autoestima y seguridad en el por culpa de esa deformidad en su rostro. Escuchar los murmullos sobre el y aguantar las burlas que le hacían diariamente ya era demasiado.

- Pero, hoy, nuestro objetivo es que esta escuela sea segura para todos los estudiantes -

Laila, quien venía caminando con su bandeja en mano hacia su mesa, miro a Eli cuando la maestra comenzó con su discurso innecesario. Lo vio tan avergonzando, su expresión se veía como si estuviera a punto de salir corriendo de la escuela y no volver nunca mas. Así que para ayudarlo y hacerlo olvidar el mal rato que había pasado, ella misma fue a sentarse a la mesa de los nerds. Si, se veía raro que una de las chicas más populares se sentara con los nerds ignorados de la escuela, pero cuando la gente viera eso, sería su tema de conversación instantáneo y olvidaría el discurso que la maestra acababa de dar sobre el labio de Eli.

- Ignóralos, todos son unos idiotas aquí- Hablo Laila sentándose al lado de Eli. Los tres chicos la miraron confundidos al ver como se sentaba con ellos - Ademas tu labios se ve cool, te hace ver mas rudo - Sonrió haciendo sonreír a Eli.

Ni siquiera se había percatado de que Miguel estaba sentando en la misma mesa que ellos, solo se había concentrado en ayudar a Moskowitz. Hasta que su voz se llevo su atención.

- Hola -

Ella se volteó para mirarlo, encontrándose con la sonrisa de Miguel. Ella sonrió de la misma manera en forma de saludo.

Demetrí tenía su ceño fruncido al ver que una de las populares se había sentado con ellos - ¿Por que te sientas aquí? Eres popular - Estaba confundido.

- ¿Y eso que? Puedo sentarme en donde quiero o ¿Les incomoda? - Pregunto Laila mirándolos a los tres - Si es así, puedo irme - Tomo su bandeja mientras se levantaba.

Pero el primero en hablar para que se quedara fue Eli - No, no claro que no - Mills lo miro concentrada - Puedes quedarte. No nos incomoda- Su voz era tímida.

- De acuerdo - Se sentó nuevamente, y miro a Moskowitz regalándole una sonrisa - Me alegro de que no te incomode.

El le sonrió cohibido. Estaba paralizado al ver que tenía a su lado a la chica que le gustaba y no poder hablar con ella como personales normales. Su inseguridad no dejaba que el pudiera expresarse como correspondía, pensaba que jamás tendría oportunidad con ella. Una chica tan inteligente, segura de si misma, con carácter fuerte y sobre todo hermosa, porque para Eli, Mills era como un ángel, y un ángel como ella jamas se fijaría en un deforme como el, porque así era como se veía. Un deforme.

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