Same Story

04

El día estaba comenzando, y como siempre Laila y Tory les había tocado trabajar antes de asistir a las clases en el dojo. Laila ya no solo trabajaba para ella, si no que también quería ayudar a su mejor amiga con sus cuentas. Sabía por todo lo que pasaba, la enfermedad de su madre, se encargaba sola de la cuentas de la casa, no quería dejarla sola en esto. Tampoco podía darle un gran cantidad de dinero ya que su abuela aun tenía sus cuentas deshabilitadas, así que la mejor opción que se le ocurrió para ayudarla fue darle la mayor parte de su ganancia.

Laila vio una mujer sentada en una de las mesas con la carta alzada tapando su rostro. La quedo mirando con el ceño fruncido y bajo su vista hasta los pies de la mujer, usaba unos tacones muy refinados, se podía notar que eran de marca fina.

- ¿Vas tu o voy yo? - Tory se gano a su lado y Laila la miro al escuchar su voz.

- No, voy yo - Contestó y tomo su libreta junto a un lápiz mientras se acercaba a ella - Hola, soy Laila. ¿Desea ordenar algo o espera a alguien mas?

La carta fue bajada con lentitud hasta dejarla sobre la mesa con delicadeza. Al ver el rostro de la mujer, ese rostro tan familiar provoco que los ojos de Laila se abrieran como platos.

- Amanda - Soltó un suspiro.

- Laila - Apoyo sus codos sobre la mesa sin despegar su mirada sobre la chica. Tenía una sonrisa en su rostro, pero se podía notar la falsedad de esta.

- ¿Que haces aquí? - Pregunto.

- Vine especialmente a pedirte una cosa. Nosotras ya nos conocemos y se que eres muy buena escuchando. Así que te voy a pedir que tu y tu adorable amiga no se acerquen a mi hija - Hablo en un tono relajado y firme a la vez.

- ¿Vino hasta nuestro trabajo solo para decirnos esto? - Laila le arqueo una ceja un poco molesta.

Conocía a Amanda y le parecía totalmente fuera de lugar que ella haya venido hasta el trabajo de ambas para hablar sobre su hija.

- Llame a los padres de Tory, pero ellos no contestaron y debo suponer que Ali no debe tener la mayor idea de lo que sucede entre su hija y mi hija - Comenzó a hablar y este vez se notaba la molestia en su tono de voz - ¿Debería haber pateado la puerta de algunas de ustedes dos? ¿Es mas su estilo?.

Laila remojó sus labios sintiendo un poco de incomodidad. No podía asimilar que Amanda estuviera hablando sobre esto en su trabajo.

- Mire Amanda, yo no tuve nada que ver con la pelea que sucedió en su casa. Es mas, ni siquiera tenía idea de lo que iban a hacer....-

- Fueron tus amigos los que emboscaron mi casa, y por lo visto tu y Robby son la cabeza en todo este grupo - Le interrumpió el habla - Cada día en mi casa, hay pequeños recuerdos de lo que hicieron - Dejo caer sus manos sobre la mesa - Veo a mi hija cubriendo sus moretones y cicatrices. La única razón por que las que tus amigos no están presos es porque Sam me pidió que no los denunciara.