🎪Chapitre XXXVI🎪

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El miedo es grande, no hay porque negarlo. Temo a morir aquí junto con todas estas personas, cada una con un perfil más peligroso que el otro.

Empiezan a presentar a cada cebo en la pantalla y mi vista viaja hacia Derek que no me quita el ojo de encima. Su cebo se llamaba Candy; vestía un vestido de malla hecho de diamantes que dejaba al descubierto toda su espalda y varias partes de su cuerpo. Traía unos tacones altos y de punta fina que me dejaban loca por la manera en la que soportaba tal magnitud de altura. Su maquillaje era extravagante, con pestañas largas y rizadas, y con pequeñas piedrecitas brillantes bajos los ojos que parecían lágrimas. Su cabello era rosa pastel y estaba a medio recoger.

Me intimidó realmente y trato de ver de nuevo hacia la pantalla, en donde sale mi imagen con nombre y todo, y al grupo al que sirvo.

El estómago se me revuelve al notar que soy la última nombrada y al final aparece el número 100, indicando que éramos cien cebos preparados para esta guerra, con la cual todos estos malditos espectadores calman su aburrimiento.

—Ahora ya podemos ir con las reglas.

Oigo la voz de Jakob menos distorsionada que antes cuando entré en un estado de aturdimiento.

—Regla número uno, no está permitido enseñarle tácticas de defensa a tu cebo cuando lo elijas, excepto si éste te ha ganado en una apuesta.

El juego de poker llega a mi cabeza y recuerdo la forma tan victoriosa en la que miré a Morgan, siendo él quien realmente me había ganado.

—Dos—sigue Jakob—siempre apuestas por tu cebo y tú serás el único en escoger sus armas.

Mis cuchillos, los han elegido porque saben que es mi fuerte.

—Tres, el dueño del cebo se quedará con todo.

Esto es pura ambición y codicia.

—Cuatro, si mientes acerca del perfil de tu cebo serás eliminado y ejecutado por ir contra la primera regla.

Por eso no me querían enseñar autodefensa de forma directa.

—Y quinta regla, las cámaras de seguridad del juego siempre estarán habilitadas desde dos semanas antes del evento, monitoreando cada movimiento de los cebos y sus dueños.

Todos los jugadores alzan el mentón al escuchar la última regla.

Busco con la mirada a Morgan que está muy tenso. Jules le habla rápidamente nerviosa y él le responde cosas en voz baja, preocupado.

Alterno mis ojos entre Jakob que me observa con una sonrisa ladina, luego con Derek que me atisba con una mirada coqueta y por último contemplo a Morgan que me sonríe para tranquilizarme y me dice en voz baja que confía en mi poder.

Se oye un extraño silencio que provoca que nadie se mueva y cuando la voz de Jakob vuelve a resonar por la jaula, la sangre se me congela.

—Buena suerte a todos y que solo el más fuerte y audaz quede con vida—anuncia con voz siniestra—que la jaula de cristal se manche de sangre esta noche.

Y un fuerte pitido me aturdio a tal nivel que me obligó a cubrir mis oídos y desde la pantalla del vídeo bean se muestra la cuenta regresiva para el inicio del juego.

Todos se empiezan a preparar y ya el pánico y el pavor me deja perder el control.

Veo como Derek le dice algo a Candy desde afuera y ella asiente con sus ojos felinos clavados en mí.

La cuenta casi llegaba a uno y me asustó inmensamente.

Eran muchos, pero mis ojos viajaron a la chica de Derek, de la cual estaba segura que sería la primera que querrá asesinarme.

The Circus of the Forest  [Bilogía Circus #1]Kde žijí příběhy. Začni objevovat