A Nyx le había caído un rayo.
Un maldito rayo.
En realidad, le había caído el rayo a la escoba de Nyx, y al estar encima, el impacto también la había afectado a ella.
Por suerte, podría haber sido mil veces peor. Había sido afortunada gracias a que el uniforme de Quidditch le había protegido la mayor parte del cuerpo, así que lo único que verdaderamente le había quedado afectado había sido la mano derecha, que era la que estaba agarrando el mango de la escoba en ese momento.
Normalmente, habría tenido el bate en esa mano, pero lo había guardado bajo su brazo izquierdo para volar mejor en la tormenta. Así, el impacto del rayo había viajado rápidamente por su brazo hasta llegar a su hombro y había tenido la suerte de haberse soltado de la escoba en ese momento, porque de haberla seguido sujetando durante mucho más tiempo, probablemente el rayo le hubiera afectado el cuerpo entero. Podría haberse muerto en ese mismo segundo.
Se había despertado varios días después, y había encontrado los rostros de sus amigos y su hermano rodeándola con expectación. Asher parecía aliviado, Neville intentaba aguantarse las lágrimas, Connor no le miraba el cuerpo porque su hipocondría hacía que quisiera desmayarse al verla así y Hina sonreía con malicia. Nyx no sabía a qué se debía la reacción de su amiga, pero prefería no preguntar.
Tenía una marca en el brazo que Hina y Asher no dejaban de fotografiar. Era una representación del rayo que subía desde los dedos a la parte superior del brazo y se ramificaba allá por donde pasaba. Nyx reconocía que era una marca bonita, pero le dolía muchísimo.
Le ardía el brazo, en realidad, como cuando se quemaba cocinando con la abuela, solo que esas quemaduras solían tener un tamaño de menos de un centímetro. Esta medía medio metro y cada vez que algo, aunque fuera un poco de tela suave, le rozaba la quemadura, se la podía escuchar gritar hasta desde el aula de pociones. Madame Pomfrey la había apodado "la grititos".
No podía mover el brazo ni los dedos de esa mano, y los primeros días estaba completamente sorda del oído derecho y solo escuchaba un cuarenta por ciento por el oído izquierdo. También le costaba ligeramente respirar.
Por lo demás, estaba bastante bien si no se movía en absoluto y solo miraba al techo. Madame Pomfrey le había prometido que poco a poco recuperaría la audición, que la marca en forma de relámpago se iría pasados unos días y que recobraría el movimiento de los dedos en menos de un mes si todos los días hacía con ella ejercicios de rehabilitación.
Así que Nyx se pasó todo el mes de noviembre encerrada en la enfermería con Madame Pomfrey, recibiendo visitas de sus amigos, un par de su abuela y bastantes de su novio y su hermano y no teniendo que hacer absolutamente nada para clase.
Aunque Cedric acudía sus ocho horas semanales y le explicaba todo lo que habían visto. Los amigos de Nyx no podían creerse que el chico acudiera dos horas diarias, se dedicara a explicarle el temario a gritos para que le escuchara y se ofreciera a tomarle todos los apuntes para que no se perdiera en clase.
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· Díada · (Cedric Diggory)
FanfictionNyx se esconde en las sombras. Cedric resplandece como el sol. Nyx Longbottom trata de pasar desapercibida, aprender todo lo que pueda sobre defensa y ser una fuente de orgullo para su abuela y un motivo para sentirse seguro de su hermano Neville. T...