Algunas personas están acostumbradas a tener buena suerte, aunque lo den por hecho.Tal vez, lo achaquen al mérito y al esfuerzo, a que esa buena nota era merecida porque, aunque el examen era difícil, habían pasado horas estudiando sin parar para conseguirlo. Sin embargo, hay otros que hincan los codos y desperdician su preciado sueño para nada, porque la mala suerte los persigue allá por donde van.
Hay personas bendecidas por la fortuna, pero Augusta Longbottom nunca se consideró una de las afortunadas.
Su hermano pequeño, Janvier, solía burlarse de ella y llamarla Infortunia. Poco después de eso, se cayó de su caballo y murió por el impacto contra el suelo.
Para entonces, Augusta ya había conocido aquello del luto y la muerte de un ser querido, puesto que sus padres habían muerto por una enfermedad cuando ella apenas tenía dieciséis años. Aquello la había dejado a cargo de sus dos hermanos pequeños a una edad demasiado corta. Sin otros familiares que pudieran preocuparse por ellos, se vio obligada a preparar todo el funeral.
Pero la vida tenía muchas más preparadas para Augusta, como si fuera una pistola bien cargada de balas y las disparara una detrás de otra para que no tuviera tiempo de ponerse a cubierto. Janvier murió primero, pero Julio, el hermano mediano, falleció poco después. Se quitó la vida al ser incapaz de soportar el constante acoso escolar de su colegio muggle. Nacer squib no te hace automáticamente parte del mundo no mágico, aunque tampoco te llegues a sentir alguna vez parte del que sí lo es. Los niños de su clase se encargaron de grabarle a fuego aquello de que era diferente y raro. Julio no lo quiso escuchar más.
Quizás, Augusta tendría que haber llorado mucho más en cada una de las muertes de sus familiares. La gente que la conocía pensaba que tenía un corazón de acero y una fachada impenetrable, pero lo cierto era que Augusta llevaba el duelo por dentro y la horrible certeza de que, por muy triste que estuviera, aquello tendría que haberlo visto venir. Nunca le salía nada bien, y llorar y regodearse en el dolor nunca solucionaba sus problemas.
Si intentaba cuidar las plantas, se le marchitaban una tras otra. Si cocinaba, se le pegaba la comida en el fondo del caldero. Siempre, cuando algo podía ir mal, a Augusta le iba peor. Debió nacer con el pie izquierdo, abrir un paraguas bajo techo, pasar bajo una escalera y romper una tienda entera de espejos, puesto que la mala suerte dejó de ser una circunstancia para convertirse en un hecho en su día a día.
Hasta que la pistola cargada de balas se convirtió, al parecer, en una ruleta rusa. Había un espacio vacío en ese cilindro, un golpe de buena suerte o un alto en su mala racha.
Ese alto fue el día en el que se volvió a encontrar a Frank Longbottom. Se conocían de antes, por supuesto, pero nunca antes habían cruzado palabra.
Frank era un claro Hufflepuff, con el pelo demasiado largo para el gusto de Augusta y con unas gafas que obviamente necesitaban mejores almohadillas, puesto que no se sujetaban bien sobre el puente de su nariz y eso causaba que tuviera que estar recolocándoselas constantemente. Augusta siempre tenía ganas de alzar el dedo y colocárselas bien para que no se le cayeran.
Se encontraron cuando ella fue a comprar un helado a Fortescue, donde Frank trabajaba, y el helado, por supuesto, se le cayó al suelo nada más pagarlo.
Estaba acostumbrada a ese tipo de cosas, claro, pero lo que la pilló por sorpresa fue la presteza de Frank por limpiar el estropicio y su insistencia por servirle un nuevo helado, esta vez, llevándoselo directamente a la mesa para que pudiera saborearlo sin riesgo a que se le cayera por el camino.
Frank tenía un don para ese tipo de cosas, como si fuera una especie de escudo protector que salvara a Augusta de todos los males. Apagaba fuegos allá por donde iba, evitaba todos los charcos cuando caminaban por la calle y todo lo que tocaba lo hacía de oro.
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· Díada · (Cedric Diggory)
FanfictionNyx se esconde en las sombras. Cedric resplandece como el sol. Nyx Longbottom trata de pasar desapercibida, aprender todo lo que pueda sobre defensa y ser una fuente de orgullo para su abuela y un motivo para sentirse seguro de su hermano Neville. T...