En toda la historia de Hogwarts, pocas veces se ha vivido un momento como este.
El cuerpo docente actual ya casi no recuerda la última vez que tuvo que pedir amablemente a sus estudiantes que lleven ropa oscura en señal de duelo. No recuerdan haber quitado la mesa de profesores para hacer espacio para un féretro. Se extrañan al ver todas las decoraciones que deberían anunciar el ganador de la copa de las casas de color negro.
No se celebra ninguna victoria a finales de curso. No hay copa de quidditch, tampoco. Nadie habla de la copa del torneo.
Solo hay pérdida. Allá por donde caminan encuentran una razón para nadar en la angustia. Un motivo evidente para una desazón que lleva con ellos desde hace varios días y no parece querer irse.
Todos vieron el cuerpo sobre la hierba. Fueron testigos de lo que parecía impensable. Por más que lo intentan, no se sacan la imagen del cadáver rígido de sus mentes. Les acompaña allá a donde van. Es el tema principal de todas las conversaciones y de varias de las pesadillas que levantan a los más pequeños en mitad de la noche.
Para otros, es la marca que tiñó el cielo de color verde. Lo que puede significar. Algunos se contentan con una explicación que parezca lógica. Que no sea tan aterradora como la más que probable verdad. Prefieren hacer oídos sordos y tildar de conspiranoicos y crédulos a aquellos que se atreven a ponerle nombre propio a lo que está pasando.
Es veintiocho de junio y se celebra el funeral de Harry Potter.
El niño que sobrevivió. Ni siquiera él pudo burlar a la muerte dos veces.
Se hablaba de una leyenda. Todos se habían acostumbrado a su presencia, a tenerlo en los pasillos o a verlo sobrevolar el campo de Quidditch. Casi nadie se sorprendía cuando era el protagonista de un nuevo acontecimiento porque parecía ser el imán de todos los problemas.
Y ahora no estaría más. Muchos se arrepienten de haberle recriminado por su participación en el torneo. Otros juran que siempre estuvieron de su lado, que eran sus amigos. Que siempre habían confiado en él.
Ahora su muerte deja una especie de vacío de lo más desolador, un pozo de incertidumbre. Un ahora qué que nadie se atreve a mencionar, porque eso significa afirmar que Voldemort ha vuelto y que sin Harry se sienten perdidos. Que siempre habían pensado que, de ocurrir lo imposible, aquel niño sería la respuesta.
Ahora, lo imposible les está dando en toda la frente y no tienen nada para pararlo. Prefieren cerrar los ojos.
El Gran Comedor se queda en completo silencio. Nyx, desde su asiento al lado de su hermano y su prima, no puede apartar la mirada del ataúd. Por mucho que lo intenta, su cabeza no para de obligarla a imaginar a Harry ahí dentro, tumbado. Se lo imagina durmiendo, lo cual es casi reconfortante, pero le incita sin querer a pensar en Neville.
Siempre los ha visto similares, sin querer. Sus padres y los padres de Harry habían sido amigos, habían luchado juntos y habían tenido un hijo casi el mismo día del mismo mes del mismo año. Todos habían sufrido un destino trágico. Nyx aparta la mirada del ataúd y mira a Neville y suplica por que a él no le espere el mismo destino.
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· Díada · (Cedric Diggory)
FanfictionNyx se esconde en las sombras. Cedric resplandece como el sol. Nyx Longbottom trata de pasar desapercibida, aprender todo lo que pueda sobre defensa y ser una fuente de orgullo para su abuela y un motivo para sentirse seguro de su hermano Neville. T...