(𝟒𝟖) · 𝐁𝐨𝐦𝐛𝐚 𝐝𝐞 𝐡𝐮𝐦𝐨 ·

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Muy probablemente, tratar de hacer algo arriesgado que roza lo imprudente cuando uno ha pasado toda la noche sin dormir, no sea la mejor de las ideas

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Muy probablemente, tratar de hacer algo arriesgado que roza lo imprudente cuando uno ha pasado toda la noche sin dormir, no sea la mejor de las ideas. Sin embargo, Nyx nunca se ha considerado una persona prudente, así que por eso avanza a fuertes zancadas hacia el Gran Comedor con la furia contenida en sus puños apretados.

Los alumnos más madrugadores ya están sentados en sus mesas, digiriendo sus desayunos con impasibilidad. Cuando Nyx Longbottom irrumpe en la enorme estancia, sin embargo, alzan sus cabezas de sus platos y la miran con el ceño fruncido en una mueca de incomprensión. Nadie, jamás, ha visto nunca a Nyx despierta tan temprano. Se dan codazos y señalan su figura con un rápido gesto, mientras ella se dirige hacia la mesa de los profesores.

La chica divisa al director en su mesa, removiendo su té con una cucharilla, y se abalanza a paso rápido, alzando ambas manos para dar énfasis a su reclamo.

—¡Tengo que salir de aquí! —ladra en su dirección—. Póngase en contacto con el Ministerio o con su maldita madre, pero, ¡tengo que salir ahora mismo!

Dumbledore y McGonagall se levantan de su asiento al mismo tiempo, el primero para hacerse oír mejor y la segunda para acudir hacia Nyx. Quien se queda sentada en su asiento, en el extremo derecho de la mesa, es Dolores, observando la escena con una risita malévola.

—Longbottom, por favor, aquí no. Intenta calmarte... —implora McGonagall, sabiendo que Umbridge no consentirá su comportamiento.

—¡Se han escapado de Azkaban! ¡Los malditos mortífagos que atacaron a mis padres se han escapado de Azkaban, no me pida que me calme!

Unas manos la atrapan desde atrás. Teme que sea Cedric, porque no quiere meterle un buen empujón, pero cuando se gira es Asher quien está intentando hacer que deje de alzar las manos con exageración.

—Nyx, esta no es la manera, no...

—¡Soy mayor de edad! Tengo dieciocho años y puedo elegir salir de aquí si me da la gana, así que eso pienso hacer. Los inútiles del Ministerio no pueden obligarme a hacer absolutamen...

La lengua se le queda pegada al paladar, y seguidamente sus labios se sellan como si los hubieran pegado con pegamento. Nyx trata de formular más palabras, pero le resulta completamente imposible, casi doloroso.

—Quizá quiera pensárselo un poco antes de lanzar improperios contra el Ministerio, señorita Longbottom —sisea Dolores, acompañando su frase con una risita estridente—. Tener la boca cerrada, tal vez, le recuerde lo beneficioso que es pensar antes de hablar.

—Con todo el respeto, Dolores, pero Longbottom tiene razones de sobra para alterarse —interviene Sprout, acercándose también a Nyx para respaldarla. El Gran Comedor está en completo silencio, observando la escena con sorpresa.

—Esa no es justificación para insultar al Ministerio —aclara Dolores, alzando la mano—. Especialmente cuando no tiene nada que ver con una fuga como esa. ¡Es algo imprevisible del todo, casi imposible! Se está investigando cómo...

· Díada · (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora